Los templarios y las cuatro gotas del Grial, un camino de iniciación wagneriana

Fuentes: EFE / El Mundo

El escritor Fernando Sánchez Dragó consideró hoy 'muy discutible' la calidad literaria de la novela de contenido templario actual, si bien reconoce la gran acogida entre el público que ha obtenido este tipo de género literario.

El autor inauguró en la tarde del pasado jueves 17 de Noviembre en Ponferrada (León) las jornadas sobre el papel jugado por los Caballeros del Temple en la literatura y que se desarrollará hasta el sábado en la Casa de la Cultura de la localidad.

El escritor señaló que la literatura actual, especialmente la novela, ''está recorrida por una poderosa línea de fuerza, muy discutible todavía, en lo que se refiere a logros literarios, que es el subgénero de la literatura templaria'', apuntó el autor quien, en todo caso, reconoció que este tipo de obras ''se han ganado inmensas bolsas de lectores''.

Para desvelar por qué la literatura templaria genera tanta expectación, el autor creyó necesario conocer la verdad sobre la Orden del Temple ya que existe ''una historia oficial bien documentada y otra subterránea, misteriosa y enigmática, de la que nadie habló hasta el siglo XIX, cuando se suscitó un nuevo interés''.

El escritor insistió en que ''aquilatar en qué medida esto responde a ficción literaria o en qué medida responde a verdad'' en referencia a la historia sobre el Temple permitiría establecer si el interés responde únicamente al mito o a la historia de la Orden.

Para lograr esta tarea sería necesario, según Sánchez Dragó, catalogar los documentos del Archivo Secreto del Vaticano donde, según dijo, se han hallado acotaciones en varios escritos en los que se reconoce la sustracción de numerosos documentos relativos a la Orden de la Temple.

En su conferencia del jueves el prolífico escritor nos deleitó con sus profundos conocimientos, algo a lo que nos tiene acostumbrados tanto en sus obras como en sus debates televisivos, además de ratificar una vez más su enorme capacidad en el buen uso de la palabra. Desde algún verano de su tierna infancia en Albares de la Ribera, allá por el año 1944, recordó con cariño esa tierra mágica en la que, según sus propias palabras, han permanecido sus recuerdos más evocadores de los dorados años de la infancia.

Las jornadas sobre la literatura templaria, que hoy concluyen con la presencia de Abel Caballero (a las 10,30 en el Casa de la Cultura), han puesto en evidencia que el tema tiene raíz en esta tierra del norte devota eterna del Carrasco poeta, que nos sirven para redescubrir un Camino de Santiago, el de las estrellas, que para Dragó comienza en el Nepal y en las tierras bañadas por el río Ganges, vocablo que significa la Vía Lactea. Donde festejamos las trascripciones que Brentano hizo de las visiones de la monja agustina Ana Catalina Emmerich sobre el Grial; donde se habló de que Noé había construido el Arca para salvar la copa de la copas, la que tiene aberturas hacia la tierra y hacia el aire, en esa dualidad que todo lo domina. Un Grial que la Verónica entregó a Cristo para la última cena y del que José de Arimatea arranca esas cuatro gotas de su sangre para construir la etnografía cultural de la vieja Europa, con un viaje épico que conduce desde la Tabla Redonda hasta multiplicarse en el Cebrero o en la catedral de Valencia.

El Sil entero era una oración en la época de la Tebaida, dijo Sánchez Dragó, en una anacorética metáfora que subyugó a los ponferradinos que abarrotaron la Casa de la Cultura, en nuestra particular noche templaria donde con los acordes disminuidos de Wagner se acarició un Grial de piel de toro cuyo destino quizá nos traiga a esa Ponferrada de cruces rojas que se erige desde la cuarta gota de aquella sangre de Cristo en el Grial. Hermosa imagen para un tiempo de austera prosa espiritual, que el Instituto de la Lengua de Gonzalo Santonja supo esquivar desde estas jornadas donde resucita la palabra como una mágica espada contra la simpleza y la mediocridad que tanto nos atormenta; que busca convertir esta mítica acrópolis de canto rodado en la palabra misma, en la cabeza de una cruzada literaria frente al aburrimiento y la codicia de nuestras horas oscuras. Ponferrada busca su lugar en el fantástico Grial de esa Babelia inocente y cándida de nuestros sueños por los que siempre... Había que hacer algo.