EL COBAYA: El asesino anda suelto

O, mejor dicho, las asesinas. Apunto, y ojalá pudiera disparar, a las grasas vegetales. ¡Costaría tan poco prohibirlas! En Estados Unidos ya lo han hecho. Aquí, como de costumbre, el ministerio de Sanidad mira al tendido y se hace el sueco. ¿Será porque hay demasiados intereses empresariales en juego? No me gusta pensar mal, pero este asunto me desespera. No se peca sólo, en lo que a salud pública se refiere, por comisión, sino también por omisión. ¿Para qué diantre sirve un ministerio que prohíbe o acogota la libre circulación de los productos de herbolario ―véase, sin ir más lejos, lo sucedido hace poco en Cataluña― y permite que las grasas trans o hidrogenadas, causantes de buena parte de las muertes por ictus, infarto, ateroma, angina de pecho y otras dolencias cardiovasculares, vayan directamente del paladar a las paredes de las arterias?

Hay, por supuesto, grasas vegetales ―los aceites de oliva, soja, girasol, azafrán y maíz, por ejemplo― que, por ser del tipo insaturado, pertenecen al grupo de nutrientes esenciales y son no sólo beneficiosos para la salud de las arterias, sino necesarias para la alimentación. Ahora bien: lo que en la inmensa mayoría de los productos envasados, congelados, enlatados y precocinados se entiende por grasa vegetal es la que se elabora con aceites de palma o de coco, y eso es pólvora para la salud. Miren el etiquetado de lo que compran, de todo lo que compran, a excepción de los productos frescos, así sean, verbigracia, inocentes galletas o, incluso, artículos de alimentación supuestamente dietéticos, ecológicos y biosaludables, y huyan a velas desplegadas, depositándolos previamente en su anaquel, expositor o frigorífico, si se topan con la fatídica y, por ambigua, capciosa expresión ―grasa vegetal― a la que vengo haciendo referencia. Y eviten también, por la misma razón, la margarina (a no ser que haya sido molecularmente modificada) y todos los productos horneados o fritos. Las grasas trans son asimismo ingrediente habitual, por pasiva y por activa, de algunas carnes, de la leche de vaca y de sus derivados. En la pastelería y en la bollería, incluso en la que no es industrial ni se vende empaquetada, también se recurre al veneno hidrogenado. ¿Por qué lo hacen? No es un misterio. Lo hacen porque se conserva mejor que la grasa insaturada, sabe bien, no se pone rancio y cuesta menos, pero no sólo de ganancias vive o debería vivir el hombre.

Reaccionemos, plantemos cara. Si los consumidores boicotean todo lo que lleva grasas vegetales, éstas desaparecerán. Yo, en el ínterin, nunca viajo sin llevar en la maleta una lata de aceite de oliva virgen, extra y prensado una sola vez en frío. El que no es virgen, por cierto, se elabora con el hollejo de la aceituna mezclado a otros ingredientes y no es, en puridad, de oliva. Otro fraude. ¿Cuántos van?

Publicado en: ...el 09 Julio 2008 @ 17:10 Comentarios (10)

10 comentarios

  1. A 27 Julio 2008 @ 22:01 Jubal dijo:

    Estimado señor Dragó:
    Aunque le profeso admiración, debo reprenderle por estos artículos suyos sobre salud en los que sus desaciertos causan más daño que bien sus aciertos. Aquí atina usted al poner en el punto de mira de su retórica a las grasas ‘trans’ artificiales, producidas mediante procesos industriales de hidrogenación a partir de aceites vegetales. Yerra usted perniciosamente al meterlas en el mismo saco que las grasas ‘trans’ naturales, así como al exonerar de culpa, e incluso alabar, a los aceites vegetales ricos en ácidos grasos poli-insaturados y, sobre todo, al caer en la manida, perversa e injusta demonización de los aceites vegetales ricos en ácidos grasos saturados. Tal ristra de despropósitos me duele más viniendo de usted, con quien comparto muchos puntos de vista, en este y otros temas.

    Veamos. En primer lugar, es cierto que el consumidor debería ser consciente de que bajo la denominación “grasas vegetales” que encuentra en el etiquetado de los artículos de alimentación del supermercado se esconden habitualmente venenos para la salud: grasas artificiales obtenidas a partir de aceites vegetales por medio de un proceso de hidrogenación. En jerga química, grasas ‘trans’, que causan estragos en el organismo, aumentando la predisposición a diversos males, como la diabetes, por ejemplo, y alterando la composición y permeabilidad de la membrana de nuestras células. Ahora bien, he de corregirle en dos cuestiones:
    1)Estas grasas ‘trans’ artificiales, que no se encuentran en la naturaleza, no deben confundirse con las grasas ‘trans’ que se encuentran de forma natural, en pequeñas cantidades, en carnes y lácteos, y que no causan daño alguno al organismo.
    2)En cuanto a la razón por la que las grasas ‘trans’ artificiales se utilizan en repostería, es erróneo decir que son una alternativa a los aceites vegetales insaturados, preferida por consideraciones de conservación y coste. ¿Por qué? Sencillamente porque la alternativa a la que las grasas ‘trans’ artificiales sustituyen no son aceites vegetales insaturados que nunca se han utilizado en las recetas tradicionales de repostería, sino a grasas animales (mantequilla, manteca de cerdo, etc.) y aceites vegetales con alto contenido en ácidos grasos saturados (aceite de palma, aceite de coco) que sí han sido ingrediente habituales de tales recetas. Los aceites vegetales ricos en ácidos grasos poliinsaturados (aceites de soja, maíz, cártamo, girasol, etc.) no tienen las propiedades necesarias para ser usados en repostería (son líquidos a temperatura ambiente), salvo que sean sometidos al proceso de hidrogenación, que los transforma en grasas ‘trans’ artificiales que sí son sólidas a temperatura ambiente y pueden sustituir a las grasas tradicionalmente usadas en repostería (las ya mencionadas: mantequilla, manteca de cerdo, aceites de palma y coco… ).

    Da usted buen consejo al advertir contra margarinas, así como fritos industriales, salvo que nos conste que se han utilizado aceites saludables, como el de oliva o el de palma no hidrogenado. ¿Qué? ¿El aceite de palma (no hidrogenado) es saludable? Sin duda usted se horrorizará si la persona que intermedia entre usted y el mundo cibernético tiene a bien imprimirle este comentario que le estoy escribiendo. Hemos llegado a otro punto importante en el que está usted gravemente equivocado, señor Dragó, y con usted toda esa mayoría crédula ante los dogmas pseudocientíficos que dominan estos tiempos de comida basura, televisión basura, política basura y… sí, también, ciencia basura (¿acaso cabe extrañarse?) en los que vivimos.

    Las grasas saturadas han sido injustamente acusadas de la elevada incidencia de enfermedades cardiovasculares que ha sobrevenido en los últimos setenta y tantos años, y el colesterol, una sustancia clave en la factoría química del organismo, se ha convertido en el “hombre del saco” con el que asustar a los adultos mal informados. Es cierto que algunas grasas saturadas aumentan el nivel de colesterol en sangre, pero esto no es sinónimo de un aumento de riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. De hecho, las grasas saturadas han formado parte de la alimentación humana tradicional sin que dichas enfermedades pasaran de tener una incidencia anecdótica. Antes de los años 30, los médicos rara vez veían casos de infartos. Fue precisamente a partir de aquella época cuando la incidencia de las enfermedades cardiovasculares aumentó muy significativamente. ¿Acaso había empezado la gente a consumir más cantidad de grasas saturadas en aquellos momentos? No. Al contrario, su consumo comenzó a disminuir ligeramente a partir de entoces. Lo que aumentó muy significativamente fue precisamente el consumo de aceites vegetales poli-insaturados, así como el de grasas ‘trans’ artificiales que empezaron a sustituir en repostería a las grasas saturadas habitualmente utilizadas hasta entonces. Así, el consumo de aceites vegetales poli-ínsaturados en la época actual de alta incidencia de enfermedades cardiovasculares es del orden de tres veces mayor que el consumo de tales aceites en la época anterior de baja incidencia de tales problemas. ¿Y la culpa la tienen las grasas saturadas? ¿Y la salvación son los aceites vegetales poli-insaturados? Es evidente que no, pero es lo que la mayoría cree, incluido usted, señor Dragó.

    Ciertamente, los intereses económicos han desempeñado un papel importante en la creación de semejante desafuero. Ante la posibilidad de crear grasas ‘trans’ artificiales por medio de procesos industriales a partir de aceites vegetales baratos, disponibles en grandes cantidades en los países industrializados, ¿por qué seguir utilizando aceites importados de algunos países tropicales? En confluencia con el mito del colesterol, la campaña contra las grasas saturadas ha sido implacable… y tremendamente injusta. Pero la realidad de siglos de utilización como elementos de una alimentación saludable en las dietas tradicionales de muchos pueblos distintos está ahí (consúltese la obra magna del doctor Weston A. Price al respecto). Por ejemplo, el aceite de coco, con su 90% de ácidos grasos saturados, forma parte fundamental de la alimentación de pueblos con muy baja incidencia de enfermedades cardiovasculares (Tailandia, Filipinas, Polinesia). No, señor Dragó, no caiga en la trampa de la pseudociencia colectivista. Ejerza ese anarcoindividualismo del que en otros campos hace gala e infórmese mejor. Sus lectores se lo agradeceremos. Y si añade el aceite de coco al pedestal en el que tiene el de oliva, su salud y la de sus lectores también lo agradecerá.

  2. A 12 Mayo 2009 @ 00:47 A. Goris dijo:

    Sanchez es usted un terrorista de la información, tenía que estar en la carcel. Sus comentarios al respecto de la leche de vaca, vacas locas etc., son totalmente infundados y sin niigún rigor.
    Enterese y tenga cuidado, le van a dar de ostias por capullo y gilipollas.

  3. A 29 Noviembre 2009 @ 16:41 kriss dijo:

    SEÑOR SANCHEZ DRAGO ME INTERESARIA CONOCER SU OPINION SOBRE EL ACEITE DE ONAGRA Y QUE MARCA EN SU OPINION ES LA MEJOR.
    UN SALUDO.

  4. A 02 Septiembre 2010 @ 01:19 Jonathan dijo:

    YA BASTA DRAGÓ, ME TIENE PODRIDO, DEJE DE HACER TEORIAS PSEUDOCIENTIFICAS. SI FUERA ASI DE QUE TAL ACEITE O LA LECHE DE VACA ES MALA, LO HABRIAN SACADO DEL MERCADO HACE VARIOS AÑOS, ADEMAS DE TANTOS ESTUDIOS QUE HAY Y LA CIECIA QUE ESTA TAN AVANZADA TENDRIAN QUE HABER ENCONTRADO ALGO MALO, O NO? PIENSA UN POQUITO DRAGÓ, PIENSA, O ERES HUEQUITO?

  5. A 06 Marzo 2012 @ 17:38 mimi dijo:

    Vaya ignorantes que hay por aquí…cuando alguien dice la verdad lo primero que hacen es culparlo de todo menos bonito…cuanto cateto anda suelto…y esto solo pasa en esta españa mal educada y desencaminada donde el ciudadano es un borrego amaestrado, ciego y encima prepotente y orgulloso…(LA VERDAD OS HARA LIBRES)…imagino que con tanto lavado de cerebro de tantos y tantos años, ni siquiera sabrán que significa esta frase.

  6. A 05 Mayo 2012 @ 09:10 Fátima dijo:

    Tiene mucha razón, las mayoría de las grasas que utilizan en una buena parte de los productos que consumimos son puro veneno.
    Lo terrible es que de las mejores grasas que hay, incluso para prevenir y proteger contra muchas enfermedades, como la del aceite de coco, se haya visto demonizada por culpa de que la que nos venden es un subproducto tóxico de mala calidad hidrogenado. Grasas como el aceite de coco riquísimo en triglicéridos de cadena media, siempre y cuando provenga de coco ecológico y de primera presión en frío, jamás hidrogenado, podrían incluso proteger y ayudar a revertir enfermedades cardiovasculares u otras como el Alzheimer. Una doctora norteamericana, la Dra Newport así lo ha demostrado recientemente ayudando a su marido a recuperar capacidades cognitivas perdidas y a frenar el proceso de la enfermedad con este aceite.
    Sería largo de explicar aquí por qué funciona, pero está más que demostrado que comunidades cuya base de la alimentación es el aceite de coco padecen muy poca enfermedad cardiovascular o demencia senil. También se sabe que este aceite fue demonizado hace varias décadas porque era una fuerte competencia contra algunas salsas comerciales, y la venta de aceite de coco hidrogenado que no es el verdadero aceite de coco, ha hecho el resto.
    un saludo :) )

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