¡Neptuno y cierra España!

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La señora Cospedal ha comparado lo de ayer, día en que una vociferante multitud de gente cabreada puso cerco al Congreso, con lo que sucedió la tarde de pistolas en ristre y bigotes enhiestos en la que un pelotón de gente uniformada intentó algo parecido.

¿Parecido? Pues sí, ya que en ambos casos se trataba de interrumpir un debate parlamentario y de destituir, por las bravas, en el primer caso, o por vía de barahúnda seguida de dimisión, en el segundo, a quienes se encontraban allí por libre, aunque quizá errónea voluntad del electorado.

La señora Valenciano ha dicho que lo dicho por la señora Cospedal le parecía una salida de tono. Acaso ignore la existencia de ese tropo al que llaman hipérbole: “figura retórica -dice el diccionario- que consiste en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata”.

Lo curioso es que las dos recurrían a la misma herramienta, pues si hiperbólico fue el símil, legítimo, manejado por la señora Cospedal, no menos hiperbólica, además de hipócrita, fue la reacción de la señora Valenciano.

El 23 de febrero de 1981, al enterarme de lo que estaba sucediendo, salí a la calle y me puse a merodear por ella, de aquí para allá, de allá para aquí, hasta que el primer claror lechoso del nuevo día se dibujó en el cielo. A lo largo de aquellas horas no me crucé con nadie. Madrid estaba desierto.

Tanta soledad me desconcertó. Había algo de gente, sí, en las proximidades de las Cortes y, sobre todo, en los alfombrados salones del Hotel Palace, convertido en catedral para que los periodistas y los curiosos se acogieran a sagrado, pero nada más. O mejor dicho: nadie más.

Aquello, como digo, me desconcertó. Volví a casa, dormí, inquieto, unas horas, y nada más despertarme, tras las abluciones de rigor y un parco desayuno, escribí un artículo titulado “¿Dónde estaban los demócratas, matarile-rile-rile”?

Apareció al día siguiente en Diario 16 y armó un buen revuelo entre los biempensantes de la izquierda -la progresía, ¡vaya!- que inundó de epístolas al director los buzones del periódico poniéndome, como suelen, a parir.

Su reacción era, hasta cierto punto, lógica, por serlo de defensa propia, pues había dicho de ellos, de los santurrones de la progresía, de los cobardones de la izquierda, que se habían quedado en casa, alrededor de la mesa de camilla, con una mano en la mano de sus mamás y la otra hojeando apresuradamente las obras de Marx, Lenin y Castoriadis para ver si había en ellas instrucciones acerca de lo que en semejante situación tenían que hacer.

Entonces no existía el trending topic, pero, de haber existido, seguro que me hubiese yo alzado por primera vez en mi vida con tan indeseable e indeseado galardón. Es una de mis especialidades. En los últimos dos años lo he sido en cinco ocasiones. ¡Manda huevos, como dijo aquél! Y lo dijo, precisamente, en las Cortes.

El 24 de febrero de 1981, a media tarde, una imponente manifestación de apoyo a la democracia salió de la plaza de Neptuno -¿les suena?- y recorrió el centro de la ciudad.

La encabezaban, por cierto, entre otras personalidades y hombro con hombro, dos jóvenes periodistas: Pedro J. Ramírez y Juan Luis Cebrián. Esa entente cordiale, por más que sólo sea una anécdota, parece hoy de ciencia ficción. Comme le temp passe!

Creo que la cifra de manifestantes rozó, grosso modo, el millón. Bueno, me dije, más vale torear a rabo de toro pasado que quedarse durante toda la corrida en el burladero.

Ayer, 25 de septiembre de 2012, y hoy, 26 de septiembre del mismo año, he vuelto a pensar lo que pensé entonces: ¿dónde diablos se meten los demócratas, matarile, rile, ron? Porque lo lógico sería que dos o tres millones de personas, como mínimo, estuvieran concentrándose, mientras escribo este artículo, en la plaza de Neptuno para apoyar a aquéllos, de izquierdas o de derechas, por los que hace unos meses votaron.

Claro que tampoco los monárquicos fueron a la Puerta del Sol el 15 de abril de 1931.

En España siempre se llevan el gato al agua los que más gritan.

A mí, que conste, plin. Me conformo con no volver a ser trending topic. Olvídense de mí los españoles. Yo ya me he olvidado de ellos. Ni estuve ayer en Neptuno ni estaría hoy, ni mañana, ni nunca, si los demócratas se decidieran a soltar la mano de sus mamás y a luchar, pacíficamente, por aquello en lo que dicen creer.

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 26 septiembre 2012


Publicado en: ...el 28 Noviembre 2012 @ 13:20 Comentarios (5)

5 comentarios

  1. A 28 Noviembre 2012 @ 15:36 ER MANUÉ dijo:

    Lumbrerilla, yo sé que tú hubieras dado brincos de alegría si el golpe del 81 hubiera triunfado. Pero tú hubieras sido el primero en ser fusilado:

    Rojo encarcelado por Franco, pululante de los escasos y discretos bares de gays que había en esa época, drogadicto, escritorzuelo, blasfemo…

    Intenta convencer tú a Tejero que eres uno de los suyos. El culatazo que te hubiera dado en la cabeza hubiera sido épico.

    Por otro lado, lumbrerilla, ¿por qué no fuiste ese 23F a las puertas del Congreso a darle tu sincero apoyo a Tejero? ¿por qué no? Tú siempre te quedas en el terreno de la ambiguidad, lumbrerita. A ver ido ahí, con dos cojones ¡hombre! a cantar el Cara al Sol y levantar el brazo, como haces últimamente a cada pequeña ocasión que tienes.

    ¿Cómo se va a olvidar España de tí? Si eres el mayor hazmerreir de España.

    Y de Soria.

  2. A 28 Noviembre 2012 @ 16:43 ER MANUÉ dijo:

    Vamos a analizar tu articulillo, lumbrera.

    Primero, te quejas de la “agresión a la democracia” por parte de los manifestantes de Neptuno, ya que había sesión el el Congreso. Te pones, muy democrática y parlamentariamente, digno por la “agresión al Congreso”.
    A continuación, te contradices, diciendo que “los demócratas” (obviamente a estas alturas del artículo ya no te consideras como tal) la noche del 23 F se comportaron como nenazas porque no salieron a las calles a protestar.

    Contradicción.

    Seguimos… al final del artículo, añoras que la gente no salga a manifestarse pacíficamente. Pero cuando la manifestación es enteramente pacífica como lo fue la de unos días después del 23F entonces para tí es otra mariconada porque es “a toro pasado”. Por cierto que la paz de la manifa de Neptuno fue rota por policías infiltrados (estos funcionarios públicos sí que te gustan, sobre todo, cuanto más hostias gratuitas repartan. Lo sé)

    Contradicción.

    Tú estás en es línea de la derecha que pendula entre el buenismo victimista de “¡que vienen las hordas rojas!” y el “nenazas,pacifistas de rojos. No tienen cojones para luchar” Cuando es la Revolución de Octubre son “las hordas”, cuando es una sentada pacífica son “los pacifistas nenazas”.

    Hipocritón.

    Enhorabuena, en algunas llegas a contradecirte tres o cuatro o cinco veces por artículo. Tú mismo lo reconoces aunque tienes la esperanza de que cuele.

    No cuela, lumbrera.

  3. A 28 Noviembre 2012 @ 16:49 lagai dijo:

    resulta chocante que al “adalid” de la libertad le moleste que unos cuantos “pringaos” protesten delante del congreso. Lo realmente curioso es que ciertos edificios sigan en pie con la que cae. Mientras tú defiendes a tu “coleguita” desde el sillón de tu casa, con calefación central un wiskhi y un petardito de marihuana, existe una inmensa multitud de gente apaleada a la que cada día le roban lo poco que tiene para conservar tus privilegios y los de tu amiguita Maria Dolores de Cospedal y todos los Santos.
    Deberías enterarte que esto se sustenta sobre un contrato social, que os estáis cargando, ese contrato viene a decir algo así como “mira imbécil, me importa un huevo que vivas de puta madre, me importa un huevo que seas un insolidario, me importa un huevo que seas más estupendo que nadie, siempre y cuando respetes unos mínimos ….” ese contrato lleva ya unos cuantos lustros sin ser revisado, es más cuando se ha revisado ha sido siempre a base de engaños, algunos creen que es eterno e inmutable, sin embargo sólo hace falta que gente como tu defendida traspase ciertas líneas y que “engañabobos” como tú lo justifiquen, para que la gente se vaya cabreando y ¿bueno! ya sabes… ahora la gente se contenta con protestar tímidamente delante de los leones, pero,…¡ no tentéis a la suerte! que la plebe anda muy rebotada

  4. A 28 Noviembre 2012 @ 20:59 ER MANUÉ dijo:

    Lumbrerita, ¿sabes que correctivo te vendría bien? Que privaticen Telemadrid y no te contraten.
    Pero a tí que más te da. Con el dinero que has ganado y que te pagamos todos los españoles ya te has forrado. No has vendido tantos libros, lumbrera. No tantos. La pasta la has hecho cobrando dinerales de las teles públicas.

    Mantenido, que eres un mantenido. Por todos los españoles.

    ¿No te das asco a ti mismo, lumbrera?

  5. A 28 Noviembre 2012 @ 21:56 Indignado dijo:

    El último párrafo representa en todo lo que no hay que caer ¡Que falta de idealismo! ¡Que derrotismo! ¡Que egoismo!…

    Pues nada, hombre, váyase a vivir a la luna, sodesagradecido. Quizá, como usted dijo cuando murió el grandísimo genio M.J., no sería una desgracia, sino lo contrario. Vivir para ver.