Eurocáncer
Érase una comunidad a un megaproyecto pegado. ¿Aún colea el dislate de Eurovegas? Me resisto a creerlo. ¡Lástima que Cóppola se dedique a cultivar viñedos! Los negocios de los hombres de Adelson, con sus siniestras idas y venidas, y la catadura de ese capo barrigón permitirían añadir un estrambote a la trilogía de El Padrino. Cuentan que al entrar la morisma en Mérida, tras el primer desembarco de pateras del que la historia guarda recuerdo, siete obispos cargados de reliquias, joyas y metales preciosos huyeron de la antigua capital de Lusitania y fundaron otras tantas ciudades, a razón de una por mitra, en lugares tan misteriosos como el Shangri-lá y tan escurridizos como la isla de san Brandán. En ellas manaba, dijo el vulgo, la Fuente de la Eterna Juventud y el oro se recogía a paladas. Nació así la leyenda de Cíbola y las Siete Ciudades que gentes como Ponce de León −estamos en su Quinto Centenario− y Cabeza de Vaca buscarían vanamente, ocho siglos después, en las ciénagas de Florida. Seguir leyendo…