Kaliyuga

el sendero de mano izquierda fernando sánchez dragó

Es la tercera vez que recurro a ese título. Lo utilicé con anterioridad en dos columnas publicadas por El Lobo Feroz en El Mundo impreso. El otro día mencioné esa palabra del sánscrito y ese concepto del hinduismo en el texto dedicado a los gatos yoguis.

Con ese sanscritajo -Kaliyuga- aluden los hinduistas a la cuarta y última etapa del actual ciclo de la historia del universo. Tras ella, dicen, todo regresa al origen y arranca, de nuevo, la Edad de Oro.

Impresiona leer lo que los textos sagrados (y, entre ellos, los Vedas) dicen al respeto. Su descripción del Kaliyuga parece una crónica recién escrita acerca de lo que hoy acontece en el mundo.

Es, aseguran, el período de la degradación generalizada que precede a la disolución del universo y a la extinción de la especie humana como paso previo a su posterior refundación y regeneración. El Kaliyuga se caracteriza por el dominio de la mezquindad, la ausencia de espiritualidad y el predominio de todos los pecados capitales. Cunde la idolatría del Becerro de Oro. El hombre se vuelve furibundo lobo para el hombre. Todo es violencia, rapiña, beligerancia, competitividad, trivialidad, despropósito, sucedáneo, vicio, satiricón y economía. Lo virtual (la Red) sustituye a lo real, la discordia a la concordia (los antisistema, los prosistema, los indignados, los manifestantes, los integristas, los terroristas, la izquierda, la derecha), la materia al espíritu (la prima de riesgo, la Bolsa, las preferentes, el fisco, el bingo, los hombres de Adelson, la ingeniería financiera)… Ejerce el mando en ese ciclo la casta de los shûdra, que surge de los pies de Brahma y genera, asume y esgrime todas las ideologías perversas: fascismo, socialismo, capitalismo, sindicalismo, nacionalismo, monoteísmo…

Durante el Kaliyuga, o Edad de Hierro en la terminología del gnosticismo occidental, el común de los mortales desconoce su verdadera identidad y confunde el yo profundo con las etiquetas del ego.

Así, amigos, están las cosas…

Posdata – Veo, mientras escribo, a mi hijo Akela, que mama con los ojos entornados y la serenidad pintada en su rostro, y vienen a mi memoria los versos de Miguel Hernández escritos cuando todos los españoles, al arrimo y el socaire de ideologías perversas, eran lobos para sus compatriotas. También él acababa de tener un hijo… “Vuela, niño, en la doble / luna del pecho (…) / No te derrumbes, / no sepas lo que pasa / ni lo que ocurre”.

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La madre con su hijo

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 2 marzo 2013


Publicado en: ...el 03 Marzo 2013 @ 19:32 Comentarios (4)

4 comentarios

  1. A 03 Marzo 2013 @ 20:17 Indignado dijo:

    ¿Cuando comenzaría más o menos al anhelada Edad de Oro?

    P.D: Acierto total, enhorabuena.

  2. A 03 Marzo 2013 @ 22:47 pivodi dijo:

    Alguien dijo que Occidente había sido el primero en entrar en el Kali Yuga y debía ser el primero en abandonarlo. Ha ido más lejos que otros en el camino hacia el infierno y se alza, como escribió Dante, del otro lado Lucifer. Mucha gente en Europa entiende que los medios de comunicación están completamente influenciados por el hegemónico Leviatán, máquina globalista de mentiras, y ve en ellos la manipulación necesaria.

    La enajenación inducida, lograda a través de una masiva influenciación mental, especialmente en las fases de riesgo del desarrollo juvenil, si bien era conocida por el hombre desde tiempos prehistóricos con sus ritos cultistas, es en nuestros días un tema confiado sólo a especialistas.

    La enajenación inducida no tiene mucho que ver con la inteligencia, pero sí con la suspensión parcial del pensamiento lógico a través de una influenciación psíquico-espiritual dirigida. Esta actúa tanto más destructivamente cuanto más joven e inmaduro es el espíritu humano sometido a ella.

    A través de adoctrinamientos dirigidos en el momento preciso, es posible desactivar por completo algunos campos funcionales del pensamiento lógico, incluidos los patrones conductuales innatos y los relacionados con la preservación de la especie. Como resultado, las personas afectadas llegarán incluso a actuar contra sus propios intereses existenciales. Hay fases del desarrollo, sobre todo en el individuo joven, donde estas manipulaciones atacan irreversiblemente la mente y dejan lisiamientos mentales de por vida.

    Esto, a saber, son sus patrones conductuales para la preservación de su identidad nacional, su herencia cultural, e incluso la preservación de su propia especie. Los patrones conductuales hereditarios surgieron como estrategias de supervivencia durante el proceso de selección, es decir, que son producto de la lucha librada durante generaciones por la existencia. Así, en lógica consecuencia, se deduce que un pueblo a quien le han sido robadas estas estrategias, se halla condenado a la extinción.

    Los que resisten a esta enajenación conservan su Yo infinito, aún no extraviado en las dialécticas laberintescas de los lenguajes golen, y les permite adquirir la Sabiduría suficiente como para regresar a ese Origen del que usted habla, señor Dragó, por ello, sus registros culturales son inmutables al paso del tiempo. Al final tienen el poder en sus manos para volver a ser amos y dueños absoluto de sí mismos.

    La vida no es un regalo gratuito sino una lucha permanente. Quien no lucha perece, quien se entrega desaparece.

    En el otro lado, los que han caído en la enajenación inducida, quedan los individuos de pensamiento débil, pensamiento debilitado, apagado, extenuado, agonizante, final. Es la parte del pueblo que padece de una terrible confusión cultural, está atomizado, fragmentado, dividido y perdido totalmente en este laberinto cultural. Con una clase política empeñada en demostrarnos que es la auténtica “generación perdida” de este siglo. El nihilismo en toda su miseria.

    Pero volviendo al Kali Yuga, imagino el cuartel general de los Dioses con sus juegos de guerra. Aquellos Dioses que decían: has perdido el Origen y eres prisionero de la serpiente: ¡con el Signo del Origen, comprende a la serpiente, y serás nuevamente libre en el Origen!. No se trataba de un castigo de los Dioses ni de nada semejante, sino de perder la Eternidad, es decir, de una caída espiritual irreversible, más terrible aún que la que ha encadenado el Espíritu a la Materia.

    El mundo no se acaba como tal, ni siquiera después de Sodoma y Gomorra. Que cuando un mundo fenece amanece otro distinto, quizá mejor, o peor: todo depende de los humanos, en última instancia.

    ¿Existiría una facultad propiamente humana?

    Un saludo.

  3. A 04 Marzo 2013 @ 03:17 runescape account dijo:

    La vida no es un regalo, sino una lucha de toda la vida. ¿Quién no se pelean hasta la muerte, que han dado por vencidos.

  4. A 04 Marzo 2013 @ 21:37 proeresio dijo:

    El ser humano siempre ha echado en falta la perdida Edad de Oro, y más ahora que atravesamos por una época turbulencia.

    Esa Edad de Oro es en buena medida la infancia (para quien fue áurea) y, sobre todo, el útero materno perdido, la fase perinatal 1 en terminología de Grof. En ese sentido siempre habrá una nostalgia del Infinito hasta que (unos pocos, los que se atrevan) naveguen las aguas del Infinito.

    [Que se abren en su inmensidad impensable cuando la mente calla]