El Minotauro

minotauro wattsGeorge F. Watts, Minotauros (Detalle)

He dejado que pasen cuatro meses. Aludo al día en que mi hija y yo nos fuimos de un estudio de telebasura.

¿Estudio? ¡Qué palabra tan poco apropiada! Mejor sería decir letrina, sumidero, albañal… La guarida del Minotauro.

Oigo, patria, tu aflicción y, aunque no sea yo un patriota, me echo al monte de la rebeldía llamando a cruzada: la de la dignidad, la del sentido común, la del buen gusto, la del respeto al prójimo y a nosotros mismos, la de la excelencia…

“El problema de España no es la crisis económica, sino lo que la origina”… Eso escribió El Lobo Feroz hace algún tiempo en El Mundo de papel. “Si nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros adolescentes, nuestros jóvenes y nuestros adultos -yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos- siguen sumergidos en vomitonas carroñeras como las que a diario y a todas horas vierten sobre su piel porosa los telemonstruos, nunca levantaremos cabeza”. Seguir leyendo…

Publicado en: ...el 06 Septiembre 2013 @ 18:10 Comentarios desactivados

Hasta aquí he llegado

Fernando Sánchez Dragó en laSexta Noche

Tolle, legge…

San Agustín tenía razón. Abres un libro al azar y te topas con algo que alude a ti y, a veces, te cambia la vida.

Miseria y compañía, 18º volumen del Salón de pasos perdidos (Pre-Textos), de Andrés Trapiello… Me lo entrega su autor, lo hojeo precipitadamente, pues no hay obra literaria que año tras año estimule con más urgencia mi apetito de lector, y mis ojos se posan, como banderillas puestas al quiebro, en una frase de la página 232. Dice: “Me gusta pasármelo bien leyendo, pero no leo para pasármelo bien. Y si al final de un libro sólo me lo he pasado bien, aborrezco ese libro (como un pájaro el nido) y me aborrezco yo”.

Sabido es que el Pisuerga pasa por Valladolid y que tan inocente circunstancia geográfica actúa a menudo como el famoso “efecto mariposa”.

La frase de Trapiello, que no suscribo en su literalidad, aunque sí en su arremetida contra quienes creen que la máxima función de la literatura es la del entretenimiento, me lleva a pensar en qué es lo que en la vida -en mi vida- más aborrezco. Seguir leyendo…

Publicado en: ...el 27 Mayo 2013 @ 12:02 Comentarios (11)

Bola negra

bola negra telebasura cacacracia

Pido a mi ayudante que elabore una lista de los programas de televisión adscritos al género de la telebasura. Lo hace. Son, según él, diecinueve. Seguro que hay más, pero para muestra… No citaré títulos ni nombres. Están en boca de todos.

Voy a fiarme del criterio de mi colaborador, que es persona joven, culta, educada, de buen gusto y experta en bucear por internet. Yo, de esos programas, poco puedo decir. Hablo de oídas. Casi nunca enciendo la tele y en las raras ocasiones en las que lo hago es para ver películas no entrecortadas por los anuncios (pocas hay; sólo las de la Uno), telediarios (¡qué remedio! Informar, lo que se dice informar, no informan, pero sirven para conciliar el sueño de la siesta y el nocturno en cuanto llegan las varietés, los vídeoclips de películas o de cantantes, los deportes y las prolijas predicciones meteorológicas… ¡Menudo rollo!) y, a rachas, cada vez más espaciadas, algún que otro debate de ésos en los que sientan cátedra de análisis quienes catedráticos, por lo general, no son o lo son sólo del mamoneo partidista, de lo endogamia noticiosa y de la nada. Seguir leyendo…

Publicado en: ...el 25 Abril 2013 @ 16:00 Comentarios (6)

El pase del desprecio

No creo que quienes perpetran El Gran Debate, programa de griterío al que casi todo el mundo sigue llamando (y por algo será) La Noria, sepan gran cosa de toros, pero lo de “pase del desprecio” –en México lo llaman “del desdén”– es expresión que sola se alaba. Seguro que la entienden.

El torero vuelve la espalda al toro, deja caer la muleta y se larga. El pase suele darse por el pitón derecho, cosa que en el caso de Jordi González es imposible, pero algunos matadores lo dan por el izquierdo. Lo que nunca, en cambio, había sucedido, hasta la noche del sábado, es que dos matadores ejecuten esa suerte al alimón. Mi hija Ayanta y yo lo hicimos, y salió perfecta.

Víctor Hugo publicó ‘Los miserables’ en 1862. Pensé en recurrir a ese título al iniciar estas líneas, pero terminé desechándolo por anacrónico. No creo que ni Jordi ni la chica que lo ayuda hubiesen nacido en tan remota fecha, lo que disipa la sospecha de que el autor francés, al escribir su novela, pensara en ellos.

Llamé yo, eso sí, miserable –mi-se-ra-ble– al locutor del programa poco antes de dejarlo con un palmo de narices y reiteré la definición, ya en los pasillos, cuando me sacudía de las alpargatas la arena de un coso de quinta categoría en el que nunca debí prestarme a torear. A tal expresión, castiza a más no poder, recurren los toreros cuando deciden, por la razón que sea, que jamás de los jamases volverán a pisar el ruedo de una plaza que no los merece. Seguir leyendo…

Publicado en: ...el 19 Marzo 2013 @ 12:59 Comentarios (22)