La Segunda Venida
Y al noveno año resucitó… ¿A qué tanta sorpresa? “Vivir es ver volver”, dijo Azorín, repitiendo lo que ya otros muchos habían dicho. Cándido Méndez, que en nada se parece al personaje homónimo inventado por Voltaire, se ha acogido al burladero de los tópicos echando mano de un refrán estúpido: “nunca segundas partes fueron buenas”. ¡Caramba! Como se ve, no es hombre muy leído, pues todo el mundo está de acuerdo en que la segunda parte del Quijote es mejor que la primera. David Gistau, que estuvo aquella noche de cuchillos desenvainados en Antena 3 y habló de fútbol con el Jedi, salió en tromba hacia al ordenador y se adelantó a todos metiendo en danza a Cincinato. Unas horas después, a la del alba, en esRadio, Federico dejó durante unos minutos de meterse con el Rey y de llamar plasmarote a Rajoy, y pasó revista a la contradictoria y aleccionadora repercusión mediática del avance de Napoleón hacia París después de fugarse de Elba y antes de instaurar el Imperio de los Cien Días. El tercer paralelismo corría ya, para entonces, de boca en boca y de pluma en pluma: el general De Gaulle, tras la algarada golpista de Massu, abandonó el sagrario de Colombey-les-Deux-Églises y entró, por segunda vez, en París jaleado por Malraux. Seguir leyendo…
