Irresistible ascensión de la mojigatería
Es el fruto del feminismo represor, de la izquierda puritana y de la corrección política: los tres enemigos del hombre.
Antes, según el catecismo, eran mundo, demonio y carne. El mundo es una entelequia; el demonio no existe; la carne… ¡Ah, qué delicia!
Dos ejemplos recientes de necedad creciente. Hay muchos otros.
El primero se refiere a Obama, reo de haber dicho que la fiscal general del país que preside (o algo así. No sé si el cargo lleva otro nombre) es, además de honrada, preparada, capacitada y titular de un impecable curriculum, una mujer muy atractiva. ¿Es eso un insulto? Pues por tal lo han tomado las santurronas de turno. En España hay muchas, y casi todas organizan sus caceroladas de beaterío e hipocresía en el arco izquierdo del hemiciclo, en los albañales de la telecaca y en los mentideros de las redes sociales, pero también hay no pocas mujeres atractivas que sonríen al escuchar un piropo de buen gusto. La frase de Obama lo fue.
El segundo ejemplo es el de esos malos padres de familia que en Estados Unidos acaban de solicitar la prohibición de la lectura en las escuelas del Diario de Anna Frank. Dicen que los pasajes dedicados por la autora a describir el paulatino descubrimiento de sus atributos corporales es pornografía. Aseguran esos mentecatos que el libro puede turbar las frágiles conciencias de sus retoños. Tienen, al parecer, esos angelitos la friolera de trece años. Turbarse, no sé, pero masturbarse, seguro que, sin necesidad de Anna Frank, lo hacen. Yo, mientras tanto, y entre tanta idiotez, sonrío, igual que las mujeres guapas que escuchan un piropo, al ver como mi último hijo, a los siete meses de edad, descubre, jubiloso, en el baño, mientras chapotea, la feliz existencia de sus cojoncillos. La diosa Venus se los guarde.
Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 3 mayo 2013
Si saca los del padre pronto serán cojonazos.
Drago, ya sabes que una feminista es una mujer que mientras se baja las bragas te habla de los ninos hambrientos de Biafra.
Pero las monjillas opusinas del arco derecho parlamentario no son mucho mejores. Esas llegan virgenes al matrimonio pero solo de la entrada frontal porque el paso de atras para el dia de la boda parece ya un tunel del AVE. Y lo han catado un monton de italianos -el marido intereconomico aun no, ni lo catara, que es pecado (ese se limitara a producir en serie y de manera canonica los churumbeles, ademas de a comprar bricolage en Leroy Merlin) Y digo italianos porque a estas opusinas les encanta viajar a Roma a ver al Papa. Y de paso se dejan zalamear por esos mosconi de spaguetti en la Piazza di Spagna una matina de primavera como questa.
El feminismo no es más que un producto del resentimiento con las nefastas consecuencias que vemos a diario. Se ha conseguido convertir al hombre en un ser indefenso, en un pelele que, con cara de bobo, va comiéndose un helado por la calle en compañía de su mujer e hijos (lo cual, en principio es bueno), aburrido y queriendo hacer ver o queriendo engañarse a sí mismo de que disfruta de aquello que le han dicho que tiene que ser su “realización”. Pero luego resulta que ese tipo de hombre, ese “hombre buscado”, blando, bimbollito, calzonazos, no le gusta a ella, porque el instinto es poderoso y en el fondo a ella le gusta un hombre de verdad. Conclusión: todos “contentos” y encabronados.
En muy poco se diferencia la secretaria de igualdad del psoe y compañía de personajes como, por ejemplo, Alvarez del Manzano, en cuestiones relativas al puritanismo. Todos son resentidos de la vida.
Ya lo decía Nietzsche en “El nacimiento de la tragedia” hablando sobre lo dionisíaco: “… lo desprecian y otros lo eluden aduciendo problemas de salud. Los pobres no saben, desde luego, qué color cadavérico y qué aire fantasmal ostenta precisamente esas ’salud’ suya cuando a su lado pasa rugiendo la vida ardiente de los entusiastas dionisíacos”. Estamos muy lejos de eso: el aburrimiento y la mediocridad extendida imperantes lo demuestra.
Miguel estoy completamente de acuerdo Contigo y soy mujer