De cómo los gatos salvaron a Robinson

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Alexander Selkirk

De Foe se inspiró en la peripecia vivida por el marinero escocés Alexander Selkirk para inventar el personaje y la gesta de Robinson. Nacía así uno de los grandes mitos de la historia de la literatura, aunque ya el andalusí Abentofail había escrito un libro análogo, pero no idéntico: El filósofo autodidacto.

La o no es una errata. Así se dice, así se escribe. Si su protagonista fuese mujer lo diríamos y escribiríamos con a. Ignoro la razón de que casi todo el mundo lo diga en femenino.

Selkirk naufragó y fue a dar con sus molidos y empapados huesos en una isla del archipiélago de Juan Fernández, cerca de la costa de Chile. Permanecería en ella casi un lustro.

Cientos de gatos asilvestrados, fruto de la fertilidad de esa especie, la poblaban. Los primeros habían sido abandonados allí por los buques españoles, ingleses y franceses que de vez en cuando fondeaban en sus caletas.

También vivía en la isla un millón de feroces ratas dispuestas a devorar al náufrago.

Éste atrajo a los felinos ofreciéndoles carne de cabra. A los pocos días ronroneaban, se restregaban contra él y dormían acurrucados entre sus piernas. No hay animal más cariñoso, en contra de lo que muchos creen.

Los gatos pusieron en fuga a los roedores, manteniéndolos a raya, y salvaron la vida del marino.

No sólo. El náufrago les hablaba y ellos respondían con maullidos que aliviaban el peso de su soledad.

Donde hay un gato, hay un hogar. Los hijos y los cónyuges no garantizan la existencia ni el buen funcionamiento de éste. La isla lo fue para el hombre que permaneció en ella durante muchos años hasta que la diosa Fortuna, disfrazada de bajel, lo rescató.

Todo esto no es invención mía ni de nadie. Está documentado. Hay bibliografía. Daniel de Foe se entrevistó con el marinero. Yo visité la isla en diciembre de 2009, pocos días antes de que un tsunami la devastara. Al hotelito, cabe el mar, en el que me alojé se lo llevó la cólera de la naturaleza. No vi, por desgracia, gatos, pero seguro que los había. ¡Ojalá hayan sobrevivido! La isla, de ser así, seguirá siendo un hogar.

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 26 agosto 2012


Publicado en: ...el 28 Diciembre 2012 @ 16:14 Comentarios (5)

5 comentarios

  1. A 28 Diciembre 2012 @ 17:41 Ana dijo:

    Fortunato y Jacinto, se llamaban (hace muchos años, ya murieron)nuestros gatos y su madre, recogida por mi hermano, Lina. Sí, hacen hogar.

  2. A 29 Diciembre 2012 @ 12:00 Dragón humeante dijo:

    Donde hay un gato dicen que no hay una cucaracha. Nosotros los humanos también comemos cucarachas -lo ví una vez por la t.v.- ergo nosotros los humanos también somos criaturas de lol, digo de luc.

  3. A 29 Diciembre 2012 @ 12:00 Dragón humeante dijo:

    quise decir de luz

  4. A 29 Diciembre 2012 @ 12:01 Dragón humeante dijo:

    es decir, escribir

  5. A 29 Diciembre 2012 @ 15:19 Ana dijo:

    Sí. De Lol V. Stein.