Dos microrrelatos de terror
También sirven como cuentos de navidad…
Uno de ellos, que me puso los pelos de punta, lo recoge Iñaki Uriarte, tan gatuno como yo, en uno de los volúmenes de sus diarios (Pepitas de Calabaza).
Lo transcribo tal cual…
“Al salir de tomar un café en el aérea de descanso de Tudanca alguien había intentado robar el coche aparcado junto al nuestro. No consiguieron arrancarlo y allí lo dejaron, con la puerta rota. Era un gran BMW todo terreno, como el que le robaron a Beckham hace unos meses y apareció al cabo del tiempo en poder de una ministra de Macedonia. Una acción de profesionales.
“Al reemprender el viaje hacia Bilbao, mantuvimos un rato de silencio sobrecogidos al imaginar el horror que habría podido sucedernos unos momentos antes. Podría haber acabado en Macedonia. No el coche, con los ordenadores y las maletas y las bolsas. El gato, que estaba en el asiento de atrás”.
Se llama Borges.
Yo, que tantos gatos he sido…
El segundo cuento es una noticia: a lo largo del año que ahora termina hubo en España 118.359 abortos provocados. El número de la Bestia. El Horla. Jack el Destripador.
¿Quién dice que el terrorismo se ha acabado? ¿No consiste, acaso, el terrorismo en matar a personas que nada tienen que ver con lo que los terroristas persiguen?
La primera canción que compuso Chicho Sánchez Ferlosio -yo estaba a su lado- decía, aludiendo a los estudiantes que no se unían a la protesta por la detención de Miguel Boyer y otras dos personas, miembros todos de las Juventudes Socialistas, en 1961: “Indecisos, indecisos, / basta ya de indecisiones. / Si tu padre y tu madre / no se hubieran decidido / por los siglos de los siglos / tú no habrías existido”.
O algo así.
Me estremece pensar en la posibilidad de que a mi hijo Akela, recién nacido, le hubieran hecho algo así.
Feliz navidad.
Posdata – Las fotos son de Borges.
Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 23 diciembre 2012
Lo que es un relato de terror es la privatización de la gestión en la sanidad pública madrileña.
Tú estarás encantado, especialmente porque es totalmente lo tuyo: la empresas privadas usan la infraestructura pública y cobran del Estado.
Unos capitalistas de pacotilla incapaces de construirse y dotar sus propias infraestructuras, que necesitan fagocitar la propiedad pública y chupar de la teta del Estado mientras gritan “¡Viva el liberalismo!”.
Igualitos que tú, Lumbrera.
Idealizar animales puede ser un signo de misantropía. Al menos ellos -los animales- no provocan crisis. Y Dragó, no te engañes, tal y como está el planeta, raro es el humano al que no se le pasaría por la cabeza que es mejor no haber nacido.
Aplaudo tu repudia al aborto, tu sensibilidad.
Sin embargo no entiendo como puedes apoyar otro asesinato, las corridas de toros. Y sí, los toros son seres sintientes, no te quepa duda. Me desconcierta esta contradicción, que no es solo tuya, pero si esque se tiene conciencia, se tiene para todo.
Dragó ¿matarias un gato?, pues te aseguro que un toro tiene terminaciones nerviosas, siente dolor, igual que aquel, ambos son animales, ambos sienten. Dragó, piénsalo.
Los gatos tienen iris reptilianos, verticales, igual que nuestros amos hiperdimensioneles…
Un microcuento precioso. En realidad es una maravillosa historia de amor.