Comentarios de actualidad
Cosillas que me han llamado la atención en la última semana…
Chávez, moribundo, aunque sonriente y rodeado por sus dos hijas, lee o finge que lee el Granma. Curiosa foto, que El País -supongo, porque rara vez lo leo- no se habrá atrevido a publicar después de su reciente patinazo. Tres hipótesis al respecto:
1. Malos tratos a los hijos. No conviene que vean a su padre leyendo tales cosas.
2. Han suministrado al paciente un chute de gas hilarante. El Granma es la versión fúnebre del Flechas y Pelayos.
3. Tentativa de eutanasia, aunque no de muerte dulce, debida a la misericordia, sino por envenenamiento informativo.
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Pillan a una diputada del PP estudiando francés en una sesión del Congreso. ¡Aleluya! ¡Por fin hay alguien que hace algo útil allí! Yo, cuando iba a clase, me sentaba en las últimas filas y leía mientras el profesor hablaba. También lo hago en las rarísimas ocasiones en las que por circunstancias ajenas a mi voluntad me veo obligado a asistir a una conferencia. Lo haría, incluso, si tal proeza de ubicuidad fuese posible, en las que yo doy.
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Rihanna -creo que es una cantante, pero no estoy seguro- ha dicho que el mejor regalo para festejar el día de san Valentín es la marihuana. Lo suscribo. Yo, para hacer el amor, siempre la tomo, y ya ven: me han salido cuatro hijos como cuatro soles. ¡Por fin escucho algo sensato en lo concerniente a la oleada de cursilería que en tal fecha como ésa devasta el globo terráqueo!
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Seguimos en san Valentín. El 14 de febrero de 1929 siete miembros de la familia Moran fueron liquidados a tiros por los pistoleros de Al Capone. A la difunta Reeve Steenkamp, también liquidada a balazos ese día por el hombre con quien andaba en amores de ésos que matan, no se le ocurrió otra cosa que colgar en Twitter una pregunta ociosa poco antes de ser asesinada: ¿qué escondes en la manga para la mujer que amas?
Curiosa sincronía, asombrosa premonición… ¿Daba ideas? ¿Leyó Pistorius su mensaje? Algo, en efecto, escondía al atleta en la manga de su chándal. Eros y tánatos. En la leyenda de Tristán e Iseo se habla de “amor que lleva esencias de muerte”. Denise de Rougemont sostiene que el culto a la pasión amorosa desencadenada en el mundo occidental por el citado mito, que los trovadores de la Provenza hicieron suyo y alegremente difundieron a granel sin reparar en la evidencia de que hay cosas que no están al alcance de todo el mundo, es una de las mayores catástrofes de la historia. Buda, dieciocho siglos antes, ya había predicado la virtud del desapego, único camino que conduce a la serenidad y, por ello, a la felicidad. Decía Kipling: “si a todos apreciáis, y poco a todos, / y nadie, amigo o no, dañaros puede”. Autonomía sentimental. Amor y posesión son conceptos reñidos. Pistorius lo ha demostrado por enésima vez, pero el mal ejemplo de su crimen no servirá de nada.
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La OCDE -escóndase lo que se esconda tras tan hirsutas siglas- aconseja al gobierno español que sólo se subvencione a los parados que, de verdad de la buena, fehacientemente demostrada, busquen trabajo. El consejo parece lógico. En mi reciente viaje a Birmania, Laos y Camboya me topé con bastantes españoles, hilvanados casi todos por un denominador común: andaban por allí gracias al dinerillo que los del INEM les dan. Pasmoso, pero no menos pasmosa es la noticia de que catorce jóvenes sobradamente preparados en Ciencias de Sopa Boba con tropezones de caradura han sido dejados a la intemperie en la República Dominicana por una agencia de viajes. Si no pagan siete mil euros por cabeza, suponiendo que la tengan, no podrán salir del lujoso hotel que los cobija. El pasmo se debe a la letra menuda de la noticia: estaban allí en viaje de estudios. ¿De estudios? De ser así… ¿Dónde? ¡En Punta Cana! Como lo oyen, amigos. ¿Estarían doctorándose en tumbonas, mojitos, esquí acuático y anatomía de mulatas? O de mulatos, para que las feministas no se me enfaden. Los unos y las otras son famosos por sus atributos.
Sobra añadir que los catorce náufragos han pedido ayuda a la Embajada… O sea: a usted, lector, a mí y a nuestros vecinos. Dios nos lo pagará.
Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 17 febrero 2013
Los lunes son durísimos, no dan ganas de nada, pero allí estaba él. El único que con su visión de profeta descubriera en el fango de una humanidad paulatinamente envilecida, los elementos esenciales del veneno social. El derecho a la Pereza, la degradación moral como método de esclavitud. Estamos criando zánganos. Observen la difusa barrera entre hippie o mendigo. Progres de pedir, a todas luces les confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad lograda. O usted asume el cien por cien de mi iniciativa legislativa popular o yo le voy a acusar de ser culpable del sufrimiento de la gente, socialización del sufrimiento. Gobierna según pidan. La degeneración libresca del intelectualoide que repudia la acción, el esfuerzo, el sacrificio y la disciplina. Este disfraza su pereza con sapiencia, pero en vez de una acción sostenida sólo realiza un estéril mariposeo de idea en idea. En el campo hay que trabajar más que no os engañen, acabas con la espalda jodida y las mujeres tan agotadas que echan un polvo una vez cada seis meses, eso no es dignidad para el varón.
Acepte mis disculpas.
pivodi: cuando saques la cara del culo de Dragó tal vez se te entienda algo.
¡Qué artículo tan enjundioso!
Vamos por partes:
¡Cómo nos gustaba a los de nuestra generación, Dragó, Flechas y Pelayos, y las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín (años más tarde rebautizado infamemente como “Roberto el carca y el oligofrénico de Pedrín”. ¡Qué tiempos aquellos los de la lejana infancia!
Pensaba que habías dejado los porros. Pero… tú mismo. ¡Quién le pegara un revolcón a Rhianna y mejor si está colocada!
¡Anda que no he visto toneladas de mujeres españolas y canadienses en Cuba que iban a joder con mulatos! Y en Jamaica, toneladas de mujeres alemanas. Cuando lo hacen las mujeres se llama “viaje romántico”. Cuando lo hacen los hombres se llama “turismo sexual”.