EL LOBO FEROZ: Hedor

El que España despide. Sostengo en mi último libro, y lo he reiterado de viva voz cientos de veces, que a ningún otro país, excepto Italia (y, por herencia de ambos, Argentina), cede el que ya no es mío en número de sinvergüenzas por kilómetro cuadrado. ¿Es una exageración? Quizá, porque sin duda hay otros que no nos van a la zaga en ese palmarés, pero casi todos, por lo que al mundo supuestamente desarrollado o, por lo menos, cristianizado se refiere, giran en nuestra misma órbita. La ibérica, digo. México o Brasil, verbigracia, son también territorios metafóricamente situados al oeste del Pecos en los que la ley no entra y por los que más vale caminar, quien se arriesgue a hacerlo, con dobles cananas, un par de colts en la cintura y la billetera bajo la piel del culo en forma de microchip. Claro, ya lo sé, si uno se va a cualquier país del África Negra, dicho sea con perdón (y, si cabe, absolución) de los curas de la iglesia de la progresía y de la secta de la gazmoñería, se topa con la repera y con Mugabe, que es el no va más de la sinvergonzonería y el cinismo, pero estoy hablando de otra cosa. De Occidente, ¡vaya!, esa región del mundo cuyos habitantes se creen superiores al resto de la humanidad, y en concreto, ateniéndome a la parte que me toca, de esa región de Europa en la que empieza África y cuyos indígenas, entre los que no me cuento, porque soy apátrida, también se creen la repera. Muchos de ellos, en efecto, lo son, pero en el sentido en que lo es Mugabe. Casi no hay día en que los titulares de las portadas de los periódicos no den cuenta de una enésima plusmarca de latrocinio. No ganamos, en teoría, para sustos; y si digo en teoría es porque ya nos hemos acostumbrado al hedor y no lo percibimos. La gente sigue tan tranquila, pone la tele y se amodorra. No tiene pulso. ¿Debería agregar topónimos, siglas y nombres propios al mapa mudo de la infamia? Javier de la Rosa , las torres Kío, Filesa, Mario Conde, Gescartera, Marbella, el Foro Filatélico, Estepona, Coslada, Seseña, Martinsa y, último, de momento, en tan siniestra lista, el robo de cien kilos de estupefacientes en una comisaría de Sevilla. ¿Hay quién dé más? Por supuesto que sí. Mucho más. Bastaría, para ello, con acudir a las hemerotecas. Yo no lo he hecho. Me he limitado a tirar de la memoria a vuelapluma. Son las dos de la tarde del domingo y ni siquiera he leído el periódico. Seguro que, cuando lo haga, me llevaré otro susto mientras mis compatriotas, que (insisto) ya no lo son, se encogen de hombros, ponen la tele y, arrullados por el hedor, descabezan un sueñecito. ¿Aparecerá en la pantalla Zapatero o cualquiera de sus adláteres diciendo que todo va bien? Denlo por hecho. Esto es España, señores. O Ezpaña. Vuelvo a mi libro: una unidad de destino en lo infernal.

Publicado en: ...el 22 Julio 2008 @ 10:45 Comentarios (1)

One Comment

  1. A 16 Diciembre 2009 @ 22:09 RAFAEL dijo:

    Nos dimos cuenta que la sociedad estaba muriendo ,como tal ya no nos reconocíamos ,nuestras vidas habían pasado a ser unas caricaturas de lo que un día fueron.
    Ya no sabíamos definir el concepto de sociedad que se imponían bajo el criterio de igualdad y libertad y democracia. Diferir de este sentimiento era traicionar
    el sentimiento de autoridad colectiva .
    Este se imponía como una autoridad irracional al desacreditar cualquier opinión tangente a la opinión general o de moda,se asesinaba el concepto de libertad con el mismo concepto de ella misma .
    El vigilado ya se vigilaba así mismo,creando un monstruoso ente racional para censurar su propia libertad y comportamiento .Ya que individualmente no obtenía respuesta a sus propias deficiencias emocionales creadas por el castra miento de las mismas, por aquel monstruo social que le rodeaba .
    Este en su diversidad es la imagen hologarfica de un ideal de vida producido por las grandes corporaciones .
    Donde la sociabilidad del ser humano se ve comprometida y su diversidad atacada por la idea de la diferencia,la insolidaridad,exclusión,marginalidad,creando en uno mismo una neurosis al rechazo de si .Así esa personalidad colectiva se revelaba en uno como un gran tirano exclusivista”