EL LOBO FEROZ: Aquí no hay playa

Ultimo viernes de julio. Me quedo de muestra ante las imágenes del encuentro entre el Rey y Chávez. Conste que éste no me cae tan mal como cae a muchos. Es un político denso, que dice y hace cosas, por desatinadas que sean, y eso se agradece en un mundo como el de hoy, en el que casi todos sus colegas son tan fofos como las ideas que defienden. Las del dictador venezolano no son las mías, pero eso no importa. Prefiero la disidencia a la coincidencia y los bufones a los clones. Chávez, que se cree la reencarnación de Bolívar, y a lo peor lo es, me divierte. Con él me iría de copas. Con Obama, Rajoy, Zapatero o la madre Teresa, no. ¿Por qué, entonces, me ha producido tanto asombro el sainete de Marivent? Responderé con un estribillo que aprendí en la infancia: Según las leyes del protocolo / se tira el palo, / se chupa el polo. / El polo es bueno, / el palo es malo. / Según las leyes del protocolo / se tira el palo, / se chupa el polo. Y a renglón seguido nos aplicábamos el cuento. Siempre había un carrito de helados esperándonos a la salida del colegio.

A mí, que siempre voy de trapillo, me molestó la campechanía del Rey. ¡Caramba! ¡Para eso no tenemos monarquía! Se proclama la república, y a otra cosa. Sí, ya lo sé, estamos en el siglo XXI y todo el mundo cree (yo no) que nadie es más que nadie, pero eso no debería convertirse en patente de pirata castrista que iguale a los reyes con los villanos. Las formas son las formas, lo palaciego exige un mínimo de dignidad y la majestad, cuando se ejerce en público, excluye el exceso de jovialidad. Si yo, que soy villano y nada palaciego, trato de Señor al Rey, ¿por qué consiente éste que Chávez, otro villano, lo tutee, le dé palmadas en el hombro, le haga esperar durante una hora, le tome el pelo amagando con una falsa salida del coche que en realidad lo era de tono y lo invite a irse juntos a la playa para tomar el fresco y hacer pozos en la arena con un cubo y una pala? ¿Y qué decir del detallito de la camiseta? Todo eso está muy bien, Señor, pero en privado. Ríndase pleitesía a Su Majestad el Petróleo sólo en las gasolineras y, si acaso, en Wall Street. Según las leyes del protocolo, y Vos estáis obligado a él, las testas coronadas, cuando actúan en calidad de tales, no pueden enfundarse polos ni jugar con palas ni dar palos al decoro que de la Corte se espera. Deje, por favor, tales gracietas para cuando esté a solas en compañía de sus nietos, ya sea a bordo del Bribón, en una caleta privada de las Baleares o en la piscina de la Zarzuela, si la hay, cosa que ignoro. Todo rey deja de serlo cuando va a la playa. En calzón corto nadie, en efecto, es más que nadie. Chávez, además, por muy simpático que me caiga, es un Tirano Banderas que preside un gobierno bananero. Póngase, Señor, manto de armiño y calce coturnos por el bien de la institución que encarna. No raye nunca su monarquía a la altura de la tiranía. Mis respetos, Majestad.

Publicado en: ...el 28 Julio 2008 @ 10:59 Comentarios (1)

One Comment

  1. A 09 Mayo 2012 @ 10:48 Alba | vuelos a china dijo:

    Sigue trabajando en este blog, me encanta, es genial.