Labios como espadas (Feria del Libro)

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Vicente Aleixandre escribió un libro, con poemas enmascarados tras El Código Da Vinci (horresco referens) del surrealismo, que se titulaba Espadas como labios.

Cabe, aplicándolo a otras cosas, volverlo del revés. Hay labios que son espadas.

Iñaki Uriarte, autor de dos volúmenes de Diarios publicados por Pepitas de Calabaza, escribe: “Disfruto con las polémicas entre escritores, sobre todo cuando se arremeten con saña. Primero, porque disponen de una lengua especialmente apta para el ataque brillante y malvado, cual mozos de camino. Segundo, porque esto ocurre en un mundo supuestamente más tolerante, noble y desinteresado que el del común de los mortales. Por eso, aunque ya sé que está mal, me reí cuando me enteré de que unos cuantos a los que S.O. satirizaba y despreciaba en una de sus novelas, un día le agarraron en un bar y le dieron unos golpes. No me parece del todo reprochable. ¿Qué iban a hacer? ¿Aguantar? ¿Escribir otra novela? ¿Contraatacar?”.

No aclaro, puesto que Uriarte no lo hace, a quién alude con las siglas S.O., pero daré una pista: se trata de un escritor excelente, navarro y de sangre brava. ¿Basta con eso? No hay muchos. En un par de ocasiones también arremetió, sin excesiva saña, contra mí. Luego, en ambas ocasiones, hicimos las paces. Yo no me enfado nunca. Las riñas me dan risa.

Otro párrafo de Iñaki Uriarte: “Para actuar en política te tiene que interesar la política, no las ideas. La política no es más que una lucha personal entre ciertos hombres, a hostia limpia. El mejor libro de política que conozco, dice Robert Harris, es la Vida de los doce césares, de Suetonio. Don DeLillo define la política como ‘un asunto de hombres reunidos en cuartos’”.

Exacto me parece lo primero, y lo segundo, y lo tercero, y lo cuarto.

Es posible, añade Uriarte con sagacidad, que en la política haya un componente homosexual. Por lo menos, concluye, seguro que hay cuartos oscuros.

No sé lo que Federico Jiménez Losantos, brillante polemista y hombre muy interesado por la política, aunque no político, piensa acerca de lo que acabo de citar, pero sí sé que en su libro El linchamiento, publicado por Planeta, arremete con saña –bienvenida sea– contra mucha gente y habla de política sin pelos de diplomacia en la pluma.

Aconsejo la lectura de ese libro y de los dos de Uriarte, que me han deslumbrado. Es un espíritu afín. Todo lo que dice me concierne. Sus palabras son certero dardo en mi conciencia. Descubrir a un escritor, pues ignoraba hasta hace poco su existencia, es para mí como pasar toda la noche oyendo volar pájaros que anuncian antes de que despunte en el horizonte el litoral de Guanahaní.

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 27 mayo 2012


Publicado en: ...el 07 Abril 2013 @ 15:53 Comentarios (4)

4 comentarios

  1. A 07 Abril 2013 @ 17:59 pivodi dijo:

    Simpáticas anécdotas, muy humanas. Yo andaba o leyendo unos artículos que aunque a primera vista no parezcan tener relación si que en una visión más amplia si parecen ir en esa linea que comenta, señor Dragó.

    Los cambios bruscos, frenéticos y continuos propios de nuestros tiempos han dado lugar al Hombre fugaz que es el propio de la fase crepuscular por la que atraviesa la presente Edad de Hierro. Aquí están las diferencias fundamentales de ambos modelos: lo ético contra lo jurídico y amoral; la obligación moral de procurar el bien común, contra el derecho amoral de dividir el bien común para extraer su valor utilitario. El imperialismo grecorromano producía “ciudadanos del Imperio”, honroso título que de ningún modo menoscababa su nacionalidad. El imperialismo cartaginés-anglosajón-judaico modela “ciudadanos del Mundo”, ambiguo y deshonroso título que la más de las veces oculta la traición inconfesable, este sujeto equivaldría al “paria” de las sociedades hindúes que no es más que aquél que ha sido innoble y disgresor y ha sido expulsado para convertirse en alguien descastado y sin tradición ni referentes.

    El hombre fugaz no se siente jamás satisfecho, vive en continua inquietud y convulsión. Su vacío existencial es inmenso y nada le llena. Intenta distraer dicho vacío con superficialidades, por ello su principal objetivo es poseer, tener y consumir compulsivamente. Cuando consigue poseer algo enseguida se siente insatisfecho porque ansía poseer otra cosa diferente, de más valor económico o de mayor apariencia para así poder impresionar a los demás. Y es que el mundo moderno es el mundo del tener y aparentar, en oposición del Mundo Tradicional que lo es del Ser. Este hombre fugaz se mueve por el aquí y ahora, pues lo que desea lo desea inmediatamente, no puede esperar. Su agitación no le permite pensar en el mañana.

    Este fenómeno tiene su reflejo en lo económico-generacional dentro de una línea familiar podría resumirse de esta forma: La primera generación, que sufre la depresión y lo pierde todo, crece en la virtud de la austeridad… La segunda generación, hijos de la primera, conocieron esa virtud de sus padres pero son más pragmáticos, más generosos y trabajadores pero poco estrictos con sus hijos… La tercera generación desconoce los malos tiempos y sucumbe al endeudamiento irracional y a las burbujas económicas… Como se ve la “degeneración” produce una crisis de forma cíclica. Pues bien, lo que se conoce como generación perdida, esos “Nómadas”, según los arquetipos generacionales, fue un caso peculiar de la segunda generación a la que le tocó un entorno en contra durante toda su vida laboral, que son unos 50 años.

    En fin… un saludo.

  2. A 07 Abril 2013 @ 20:48 Rubin dijo:

    ¿Usted no tiene una chica que le transcribe lo que cop…cribe? “La chica”… patético…

    Nosotros estamos montando un grupito para seguir la pista de las verdaderas fuentes de lo escrito que se publica por ahí. La pseudoliteratura reinante está llena de negros anónimos… algunos dipuestos a suicidarse solo con el fin de dejar abierta la investigación a ciertos acontecimientos…

  3. A 08 Abril 2013 @ 09:48 Er Manue dijo:

    Drago, lo de la pluma afilada te pega, lo de que tienes buen caracter y no te enfadas, o lo haces rara vez… tambien te va. Lo uno compensa lo otro. con lo de la pluma afilada tienes que ser prudente, ya que tus flagrantes contradicciones y alguna que otra fantasmada de baron Munchausen, te dejan los flancos debiles y cualquiera te puede devolver las andanadas de babor a placer y desarbolarte con el minimo gasto de municion.
    Lo de ser un bicho raro, tambien te pega. Lo que no te va es lo de ir de campeon de la respetabilidad. Papel al que a veces juegas y que te sienta como a un Cristo dos pistolas.

  4. A 08 Abril 2013 @ 13:31 proeresio dijo:

    Usted aborrece “El Código Da Vinci”. Puedo decir lo mismo. Ahora bien, me encantaría escribir una novela mala (ya lo he hecho), vender millones de ejemplares y ser apaleado por los razonables críticos literarios. Y luego dedicarme tranquilamente a otra cosa.

    Mi razonamiento (quizá equivocado)es que quien lea alguna vez el nefando libro de Dan Brown puede acabar descubriendo “La Rama Dorada”, “Los misterios de Jesús”, o incluso los evangelios gnósticos de Nag Hammadi.