La canción del pirata

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El Archipirata Dragut dejó huella en todo el Mediterráneo (Mahdia, Túnez, 2011)

A Naoko le han dicho en el Centro Más Natural de Preparación al Parto y al Postparto (calle Ortega y Gasset, 42 – 28006 Madrid y www.masnatural.org) que conviene recitar machaconamente a los bebés, a diario, si es posible, un poema saltarín y cantarín que tenga ritmo y rima, musicalidad y gracia. O un fragmento, si la composición elegida es muy extensa.

Aseguran que eso estimula las zonas del cerebro en las que residen dos funciones -la verbal y la auditiva- y acelera la llegada del gozoso momento en que el niño rompe a hablar.

Yo lo hago todas las mañanas, mientras desayunamos… Akela está cerca de mí. Lo miro, lo remiro, le sonrío, le hago unas cuantas carantoñas y luego -él ya sabe lo que le espera- digo, gesticulando y cargando la suerte fonética:

“Y ve el capitán pirata,
sentado alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro, Europa,
y allá, a su frente, ¡Estambuuuuuuul!”

Al oír lo último, se troncha. Y si se lo repito, mil y una veces que lo haga, vuelve a troncharse.

La sensación es fantástica… La mía, al menos, pero estoy seguro, al ver cómo la risa baila en sus ojos y se dibuja en su boca, de que la suya, también.

Aún no sé si los versos de Espronceda le serán útiles en lo concerniente al don de la facundia, pero ya he decidido que Estambul será la meta de nuestro primer viaje aventurero si la Parca no me lo impide.

Misteriosos cabos que se anudan. Yo, de niño, siempre recitaba, de pe a pa, ese poema. Me lo pedían en todas las fiestas familiares, en el cole y al término de las funciones de teatro que montaba en el trastero de mi domicilio y a las que asistían, previo paso por taquilla, los amables y resignados vecinos del inmueble. Sospecho que mi hijo, remedando a su padre, también lo hará. Son cosas que anidan en los genes.

Otro cabo… El primer Dragó del que se tiene recuerdo era corso y médico de cabecera de Napoleón, que se lo llevó con él a Francia y le otorgó un título nobiliario de poco lustre y menor cuantía. Dos siglos y medio antes, el Archipirata Dragut, que dominó el Mediterráneo, fue el terror de la armada española, conquistó la isla toscana de Capraia, pegadita a Córcega, degolló a sus habitantes, se acostó con todas las mujeres de buen ver y fundó un reino de Taifa en el que hizo y deshizo a su antojo durante sabe Alá cuánto tiempo. Me gusta pensar, aunque hoy por hoy sólo sea wishful thinking sin fundamento genealógico ni historiográfico, que los Dragó descendemos de ese hombre. Lo investigaré. No es imposible. También él, con diez cañones por banda y viento en popa a toda vela, llegó a Estambul, y su visita no fue en vano, sino que entró en la historia.

Me agradaría ser un pirata honrado, como el del poema de José Agustín Goytisolo.

Ya sé, ya sé, que el de Espronceda no estaba sentado, alegre, en la popa (así se llama uno de mis libros), sino cantando en ella, pero he recurrido a esa licencia porque me parece absurdo lo de dedicarse a emitir gorgoritos y arpegios mientras el mar bravío, a quien nadie impuso leyes, ruge en derredor.

Naoko está encantada con el Centro al que más arriba he hecho referencia y me pide que les eche una mano. Acudan a él todas las madres en ciernes o las que acaben de serlo. Ésa es la razón por la que escribo este artículo. Lo cierto es que, además, viene al pelo, cual cantazo en el ojo de quien no tiene palabra, para recordar al partido gobernante lo que prometieron y aún no han cumplido en lo tocante a la reforma o, incluso, derogación de la vigente ley del aborto. Me estremece pensar que Akela podría no haber nacido.

El otro día, por cierto, ya dijo pa. En cuanto lo diga dos veces, seré papá.

Posdata – Pasados unos meses (bastantes, supongo), cuando el bebé ya no lo es y pugna por hablar, hay que seguir repitiéndole el runrún de los versos elegidos, pero sin su última palabra, hasta que un buen día va el niño y -¡atiza!- la pronuncia. Campanas que cantan en el corazón… ¡A Estambuuuuul!

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 10 abril 2013


Publicado en: ...el 13 Abril 2013 @ 21:19 Comentarios (2)

2 comentarios

  1. A 14 Abril 2013 @ 10:31 Cafetín dijo:

    ¿Pirata? ¿Y eso es lo que le inculca a a su hijo desde la cuna? Escríbale un poema que diga: Hijo, tú serás un hombre de bien, trabajarás y comerás del fruto del sudor de tu frente. Tendrás una madre que trabajará y será autónoma y soltará esa gran teta que es su marido esta bien mamar hasta avanzada edad… pero no tanto)

    Hagamos una prueba. Suelte a su señora esposa con un currículum real, con su propio currículum, edad, bebé y habilidades en Infojobs. Después hablamos de los débiles y de los fuertes.

    Continuará.

  2. A 14 Abril 2013 @ 12:03 pivodi dijo:

    Hola, señor Dragó. El otro día leí un articulo, de Enrique de Diego, en el que critica al señor Luis María Anson por la postura favorable, de éste, hacia la monarquía. El autor del articulo es irrelevante, pues casi todo el mundo critica a Anson por esta postura, pero a mi me recordó a usted, señor Dragó, otro personaje a quien todos criticamos, yo el primero.

    Me pareció interesante que siendo todos contemporáneos en esta España actual parezcamos, a simple vista, tan diferentes cuando en el fondo, el destino de todos es común. Es la grandeza de España, tener de todo. La postura de Anson sobre la monarquía no es una postura parlamentaria, no, es absolutista, es la postura favorable a la nobleza, a gobernar sin deber le a nadie el puesto, algo, por otro lado, parecido a la postura meritocrática, ser por uno mismo, sin cadenas, a la que usted hace referencias, en ocasiones. Aristocrático, meritocrático, el gobierno de los mejores es la constatación del fracaso de la democracia inorgánica, del sufragio universal, en favor de la democracia orgánica, en palabras de Anson: para algunos el totalitarismo es lo contrario al liberalismo, sin embargo, tienen una misma e idéntica esencia.

    Bueno, es lo normal en la monarquía absoluta. Y esto viene a que no puede haber piratería sin monarquía, son hijos del mismo romanticismo, idealismo. Y es que está fuera de tiempo, desincronizado. Y sin embargo ahí esta, la reminiscencia de la consciencia. El antiguo canto que despierta.

    Insista, insista le a su hijo, quizás el llegue a donde usted mismo no llegó, quien sabe. La piratería es un canto de libertad, es una buena inducción.

    Un saludo.