Otras dos fotos
Una, seria, incluso fúnebre; la segunda, festiva. Empecemos por la primera…
Estos dos esqueletos, inmortalizados (nunca mejor dicho) por el arqueólogo Eduardo Vijande, aparecieron, tal como están, en las excavaciones de Campo de Hockey y se encuentran ahora en el museo de San Fernando.
Impresiona verlos. No es difícil poner pie a esa foto. Sería el del endecasílabo más célebre entre cuantos escribió Quevedo: “polvo serán, mas polvo enamorado”.
Así el poeta Kleist y su amante; así el novelista, ensayista y biógrafo Stefan Zweig y su segunda esposa; así el escritor y héroe -los tres lo eran- Arthur Koestler y su secretaria.
Todos ellos se suicidaron en pareja, a la vez y en el mismo sitio.
La segunda foto, como dije, es un juego. Con él celebro el día de mi santo: 30 de los corrientes, otra vez san Fernando. Ya no lo hace nadie. Buenas costumbres que se pierden. La gente prefiere las velitas tontas y el cursilón happy birthday to you, que sólo se salva si es Marilyn quien lo canturrea con los morritos fruncidos y lo remata con un beso muy, pero que muy húmedo.
Adivina adivinanza…
En esta foto, que parece sacada desde los ínferos, hay cinco personas. Tres son bastante conocidas. Dos, no.
Primera pregunta: ¿quiénes son las conocidas?
Una de ellas tiene una copa en la mano…
Segunda pregunta: ¿de qué?
Y tercera: ¿dónde están? Es la más difícil. Daré una pista: se sacó la foto en un lugar de Madrid a eso de las diez de la noche del sábado 18 de mayo… ¿Qué sucedió ese día?
Más pistas: una de esas tres personas inventa el mundo a diario, dibuja camisetas y es un cartelista de cartel (redundancia voluntaria); otra hurga en las entrañas del globo terráqueo, saca a la luz eslabones perdidos (como el arqueólogo Vijande) y susurra a los uros, a los bisontes y a los caballos mongoles; la tercera es de cajón.
En cuanto al contenido de la copa… Es la última palabra de mi último libro.
Agucen el ingenio, jueguen a ser niños.
La solución en la próxima entrega de este blog.
Al fin y al cabo (Quevedo dixit) “sólo lo fugitivo permanece y dura”.
Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 29 mayo 2013
