El blog de Fernando Sánchez Dragó

Ya va siendo hora de que las publique. Las he atesorado, porque tesoro son, desde entonces. Llegaron unos meses después de que apareciese la novela -Soseki. Inmortal y tigre- dedicada a mi gato. Rara vez, por no decir nunca, he recibido, como escritor, algo tan emocionante…

1. “Madrid, julio de 2010.

Estimado Sr. Sánchez Dragó: me permito enviarle una carta escrita por mi hija de diez años, la que, según parece, comparte con su nieta Caterina el amor por el violonchelo, la lectura y los gatos.

Para ella significaría muchísimo el que Ud. le dedique su libro…

Bueno, todo lo que yo podría decirle está mucho mejor explicado en su carta.

Muy agradecido por su atención y paciencia, le envía sus mejores deseos…”.

Y aquí una firma cuyos términos no estoy autorizado a transcribir.

2. “Querido Sánchez Dragó:

Me llamo María y soy una niña de diez años. Me encanta leer desde que aprendí con una serie de aventuras y magia, y a eso dedico casi todo mi tiempo libre. Suelo leer libros de ciencia ficción o aventuras, pero con el suyo sobre Soseki hice una excepción.

Ha de saber que, en gustos, soy una lectora exigente. También ha de saber que toco el violonchelo desde que tenía tres años. La sensibilidad de la música me ha hecho fijarme al leer en el cariño que hay tras una historia y he de decirle que amor, en Soseki, no falta en ninguna palabra.

También me cambió la idea que tenía sobre los gatos. Antes me gustaban, es cierto, pero ahora me entusiasman. He aprendido que son verdaderamente buenos compañeros y me indigna que la gente piense que son antipáticos.

Pero el motivo por el que le escribo la carta es por el libro ya mencionado antes: el de Soseki. Al primer segundo después de terminarlo ya sabía dónde colocarlo en mi estantería de doscientos libros: el primer sitio en el estante de mis libros preferidos. No soy mayor y no puedo dar una crítica a un libro de un escritor con experiencia, pero, por decirlo con palabras de niño, Soseki ha sido el libro que más me ha gustado de los que he leído. Momo, por ejemplo, o La historia interminable son libros excepcionales, pero me ha impresionado muchísimo más Soseki. Por el cariño con el que narra la historia y el amor que hay detrás de cada palabra, por las lágrimas que derramé al leer la muerte de Soseki, por todo eso le voy a pedir que me firme el libro. Para mí sería algo muy especial, pues le admiro muchísimo y estoy deseando que saque otro libro para jóvenes lectores que, como yo, ansiamos leer sus maravillosas e increíbles historias. Le digo esto de todo corazón”.

María

Lo hice. Nunca he firmado un libro con tanto corazón: ése del que habla María. Me puse en contacto con ella y le envié una carta.

Dos años después, en 2012, María, a la que nunca había visto, vino a verme a la caseta de la Feria del Libro en la que me encontraba. Le regalé mi novela El camino del corazón. Un par de semanas después recibí otra carta suya. La publicaré en la siguiente entrega de este blog.

Empieza ahora la Feria de 2013. María: este año he sacado otro libro “para jóvenes lectores”, como tú dices. Se llama Pacto de sangre -quizá hayas oído hablar de él- y trata de una historia maravillosa e increíble: la del nacimiento, hace unos meses, de mi hijo Akela. Seguro que ese nombre te suena, seguro que ya has leído El libro de la selva, de Kipling… Y lo mismo eres tú la encarnación humana de la mangosta Rikki Tikki Tavi.

Ilustro hoy mi artículo con un vídeo de Akela. Lo grabó su madre en el avión que hace unos días lo llevó a Osaka. Ya ha cruzado Europa y Asia en dos ocasiones, aunque sólo tiene siete meses. Saldrá viajero. Como yo.

Da gloria verlo, María. Es el canto del mundo, la joie de vivre, la vie en rose. Akela, digo.

No sé si estas líneas te alcanzarán. ¡Ojalá lo hagan! Me gustaría que volvieses a pasar por la Feria para regalarte ese libro. En él también salen gatos y, entre ellos, uno tan maravilloso como Soseki. Me lo traje de Japón. Se llama Bufanda, pero lo llamamos Bufa.

Dragó y Bufa (Propiedad de Guadalupe de la Vallina para Jot Down Magazine)

Voy a estar en el Retiro, a tu disposición, los días 1, 2, 8, 9, 15 y 16, mañana y tarde (menos el 8, en que no iré por la mañana, ni el 9, en que no iré por la tarde). No te será difícil dar conmigo.

Ven.

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 1 junio 2013