Feria del Libro (2): Epistolario

La Gatomaquia Dragolandia Fernando Sánchez Dragó

Me interesan mucho más los gatos que la política. Me interesan mucho más los gatos que la economía. Me interesan mucho más los gatos que la crisis. Me interesan mucho más los gatos que casi todo. Voy a ser sincero, aunque los humanistas, los buenistas, los indignados y la pintoresca muchachada más o menos nui de las oenegés se lleven las manos a sus cabezas con tonsura de misioneros: me interesan más, en general, los gatos que los primates humanos, con alguna que otra excepción. Coincido en eso con Mark Twain y Brigitte Bardot. El primero dijo que si se cruzaran a los hombres con los gatos, la especie humana mejoraría, pero la de los mininos se echaría a perder. La segunda, hace poco, respondiendo a la pregunta de si, a su juicio, se puede querer más a un gato que a una persona, respondió:

-Sí.

Yo voy aún más lejos. Añadiría que se puede ser más querido por un gato que por las personas. Son muchas, afortunadamente, las que me han querido y aún me quieren, y yo les aplico el mismo trato, pero tengo la impresión de que nadie me ha querido tanto y con tan inconmovible y conmovedora lealtad como Soseki y Bufanda. Por ejemplo. No son los únicos.

Los dos aparecen en Pacto de sangre. Lógico. Ese libro es una crónica familiar. Los dos animales citados, y los que no cito, son hijos de mi mujer, hermanos de mis hijos y tíos de mis nietos.

Me gustaría reencarnarme en gato. Estoy haciendo todo lo posible. Veremos.

Los humanistas pensarán que soy un tránsfuga; los buenistas, que soy malísimo; los indignados, que en Génova me pasan sobres; los de las oenegés, que soy un egoísta.

Sólo los últimos acertarán. Soy, en efecto, tan egoísta como el Cándido de Voltaire, que sólo se ocupaba de cultivar su huerto sin meterse en el del vecino, y como los filósofos ingleses del XVIII y el XIX (Hobbes, Hume, Locke, Bentham, Adam Smith…). El altruismo es peligrosísimo. Stalin, Pol Pot, Fidel, la madre Teresa, Zapatero, la Colau, el Papa Francisco, el maestro shaolín de Bilbao y el protagonista de la serie Breaking Bad lo demuestran.

Sigue la Feria del Libro. Hace unos días transcribí aquí la carta de una niña y anuncié que hoy publicaría la que un par de años después me envió.

Para entonces ya la conocía personalmente, porque había venido otra vez a la caseta en la que yo firmaba. Su visita me alegró y, para celebrarla, le regalé la novela que me pareció más indicada, entre las mías, para su edad: El camino del corazón.

Poco después recibí la carta que a continuación transcribo:

“Soy María S., la niña que te envió hace tres años la carta sobre el libro de Soseki.

Lo primero que me gustaría decirte es que me hizo mucha ilusión encontrarme contigo en la Feria. Me costó un poco decidirme a presentarme, en parte porque me daba vergüenza y en parte porque no sabía si te ibas a acordar de mí, y la verdad es que me hubiera arrepentido mucho si no lo hubiera hecho.

Y después, cuando me dijiste que llevabas mi carta en tu agenda (¡después de tres años!) y que habías pensado en colgarla en tu blog, casi no me lo podía creer.

Ya me he leído el libro que me regalaste y, como me dijiste, me ha gustado casi tanto como Soseki.

Ha sido un poco complicado de entender, por el vocabulario, las reflexiones que haces por cosas que ocurrieron el siglo pasado y de las cuales no estoy muy enterada, como el mayo francés o la guerra de Vietnam, de la que había oído hablar, pero sin enterarme demasiado (las razones por las que se empieza una guerra son complicadas, porque pienso que nada es tan importante como para que se maten humanos entre sí). De todas maneras, releía y preguntaba hasta que comprendía el significado de las cosas que escapaban a mi entender.

Me ha resultado muy interesante la forma en que los personajes del libro normalizan la droga, como si fuera algo genial que sirve para experimentar nuevas sensaciones (como el encontronazo de Dionisio con los magic mushrooms) y en ningún momento se plantean que eso pueda dañar su salud, aunque mis padres me explicaron (y yo lo intuí) que la gente de esa época tenía otra mentalidad respecto a la droga.

El libro me ha enganchado muchísimo. Sacaba tiempo de donde fuera para ponerme a leer, aunque sólo fueran cinco minutos.

Me ha gustado sobre todo la parte en la que Dionisio está en Kathmandú, porque mi hermano es de Nepal y me gusta mucho leer sobre su país o su capital.

También me ha gustado mucho el Barón Siciliano: su serenidad. Cómo sabía llevar situaciones complicadas y cómo hacía de maestro para Dionisio.

Este libro me ha resultado interesante porque nunca había leído una novela sobre la búsqueda de la paz interior, sobre el camino del corazón y sobre cómo aprende el protagonista algo de cada persona que se encuentra en su viaje.

El final es, seguramente, la parte más adictiva. Yo no pude parar de leer hasta que lo terminé.

El faquir de Konarak y la rosa amarilla (cosa que, sinceramente, no he logrado comprender del todo) y la muerte de Cristina hacen que el final del libro sea como la supernova de una estrella.

La muerte de Cristina es muy triste: una mujer que intenta lograr su sueño de escribir una novela, que a pesar de su estado depresivo comprende a su pareja y permite que se vaya a buscarse a sí misma (pues es lo que intenta hacer Dionisio al irse de viaje a Asia, ¿verdad?) y que al final muere vencida por su enfermedad.

En resumen y en tres palabras: me ha encantado. He disfrutado mucho leyendo el libro y por eso, para agradecerte que me hayas regalado El camino del corazón, te envío esta carta.”

No, María, soy yo quien agradece tus cartas y, más aún, que me leas, y más aún que leas a otros autores. Sé que lo haces. Eso, en tiempos como los que corren, es casi un milagro. Mientras haya personas como tú, la historia de la literatura no llegará a su término. Deberían nombrarte patrona de la Feria del Libro. Quien no lee en la infancia, difícilmente lo hará después.

Ven a verme antes de que termine la Feria (más abajo encontrarás las indicaciones de lugar, día y hora) y te regalaré, y te regalará mi hija, el libro de hijos y padres que entre los dos hemos escrito. En él conocerás a Bufa, digno heredero de Soseki.

Y a Akela, mi lobito.

Estoy pensando en cambiar el nombre de este blog. El de Dragolandia está ya un poco desgastado. Llevo más de un lustro con él a cuestas. ¿Qué tal si lo llamase La Gatomaquia?

Lope me lo agradecería. Quien lo leyó, lo sabe.

POSDATA – María, por indicación de una amiga mía, leyó el blog anterior a éste, se metió también en sus comentarios y se sintió muy apenada por algunos de ellos, en los que se cuestionaba a sus padres y a ella misma. No faltó -me dice esa amiga- quienes llegaban, en su maldad enfermiza, a poner en duda la existencia de María asegurando que la había inventado yo. No te inquietes, María. Ya irás descubriendo, cuando crezcas, que hay mucha gente así. Olvídala, no le prestes atención. La que cuenta es la otra.

—————————————————————-

Firmas de Dragó en la Feria del Libro de Madrid:

· Sábado, 8 de junio:
Hora: 19:00 h / 21:00 h | Caseta 91: LIBRERÍA LEX NOVA

· Domingo, 9 de junio:
Hora: 12:00 h / 14:00 h | Caseta 148: PLANETA

· Sábado, 15 de junio:
Hora: 12:00 h / 14:00 h | Caseta 327: SGEL
Hora: 19:00 h / 21:00 h | Caseta 176: HERNÁNDEZ

· Domingo, 16 de junio:
Hora: 12:00 h / 14:00 h | Caseta 297: TRIBUNA

Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 6 junio 2013


Publicado en: ...el 09 Junio 2013 @ 00:35 Comentarios (6)

6 comentarios

  1. A 10 Junio 2013 @ 09:35 Er Manue dijo:

    Drago, no se si esta nina de 13 primaveras esta solo en tu imaginacion enfermiza, pero esa carta no la ha escrito una nina de 13 primaveras: “Me ha resultado muy interesante como os personajes del libro normalizan la droga..”, “Me ha enganchado mucho…”

    Amos anda!

    Drago, con lo de los monhjes birmanos te contradices: les acusas de buenistas y pacifistas, y, al mismo tiempo, de vociferantes y protestones. En que quedamos?
    Oye, y que tienes tu en contra de los misioneros? Siempre los pones por las nubes!

  2. A 10 Junio 2013 @ 10:16 proeresio dijo:

    Ya me gustaría a mí escribir como lo hace esa niña (en caso de que así haya sido, y no lo pongo en duda). Lo mío por la escritura es mera vocación pero no brillantez.

    Reconforta ver que en las generaciones emergentes hay al menos una persona que sabe manejarse con las palabras. Un saludo.

  3. A 10 Junio 2013 @ 10:27 Er Manue dijo:

    La carta es la escribio con 10, no con 13.

    “Me engancha mucho…” Una nina de diez no dice “me engancha mucho…”.

  4. A 10 Junio 2013 @ 12:05 Er Manue dijo:

    Corrijo: esta segunda carta la escribio con 13.

    A ver, Drago, el contribuyente esta hasta los cojones de ser altruista contigo. Que llevas toda la vida viviendo del erario publico!
    Y no es que seas “malisimo” (mas quisieras), solo eres un engreido mezquino con transtorno narcisista de personalidad y un mal lector de Nietzsche.

  5. A 10 Junio 2013 @ 15:38 Dragón humeante dijo:

    De Dragones, gatos, ñinas, y el mounstruo del spaguetti volador…

  6. A 12 Junio 2013 @ 14:56 Chudito dijo:

    Sánchez: Consulta la nomenclatura teosófica y verás que hay unas diferenciaciones cuando se habla de reencarnación, si es que existe. Otra observación, egoistón Lunilla: También en el mundo gatuno hay gatos con muchísima suerte y otros que no tienen dónde caerse muertos.