DRAGOLANDIA: Depredador sexual

¿Lo somos todos los varones? ¿Lo son todas las mujeres?

Según, según… En la condición humana, como en los bazares chinos, hay de todo, pero no todo está a cien.

A cien se ponen algunos, y yo entre ellos, con el pecado que, al decir de otros, no tiene enmienda.

La tiene, qué diablos, para quien no lo tiene. Cada uno con su pecado capital, y Dios con todos.

Me corrijo sobre la marcha. Con todos, no. Hay pecados capitales que no conducen al cielo, sino a su contrario. La envidia, por ejemplo, que es el predominante entre mis ex compatriotas y del que se deriva lo que Ortega llamaba mal de España: la aristofobia, el odio a la excelencia, el rencor y la vendetta de los peores… Carecen éstos de sentido del humor.

A lo que iba. Mi pecado capital ha sido siempre la lujuria, que me ha acarreado no pocos sinsabores, y también muchos placeres, y que ha condicionado desde que era niño mi existencia. Lo descubro, poco a poco, al hilo de la redacción de mis memorias. Se cuela en ellas el sexo por todas sus rendijas. Tengo el armario lleno de cadáveres que no lo son, porque en ese libro resucitan.

Más de una vez he pensado que, si volviese a nacer, me castraría, como lo hizo Abelardo, como lo hizo Orígenes, para poder dedicarme por completo a la filosofía, la religión y la literatura: tres virtudes capitales. He publicado veintisiete libros, y dos más, que saldrán en los próximos meses, Dios, mi pluma y Planeta mediantes, pero no estoy satisfecho. Mi madre me decía que habría escrito mucho más si hubiese dedicado menos tiempo a correr detrás de las mujeres. Tenía razón.

Ese Dios que ahora invoco, e inmediatamente desconvoco, aprieta, cierto, pero no ahoga. Él, o quien fuese, llenó de chicas el mundo y, al hacerlo, me creó problemas. Acto seguido, en su infinita misericordia, puso un buen chute de fetichismos y manías en mis venas de depredador sexual, reduciendo así notablemente el número de víctimas expuestas a mi acoso.

Lo explicaré… No me lanzó sobre ninguna que lleve pantis o pantalones (sólo faldas, por favor, y medias de las de antes), que fume, que masque chicle, que no se pinte, que sea decente, que prescinda de los tacones de afilada punta, que no disfrute comiendo ni beba vino, whisky, ginebra, lo que se tercie, y que no sea tan lujuriosa como yo lo soy, abierta siempre a todo tipo de aventuras, imprevistos, transgresiones y experiencias de libertad.

Tampoco están en mi punto de mira las mujeres que llevan el pelo largo, las que tienen los labios finos y aquéllas cuyas muñecas y tobillos no caben en el hueco de mi mano.

Lo siento. Soy así. Manías y fetichismos: ya lo dije… Gracias a los unos y a las otras he birlado a mi lujuria ratos sueltos para escribir unos cuantos libros.

Dios, efectivamente, no ahoga.

¡Caramba! Suena el teléfono. ¿Será una chica? Pongo fin a este artículo. Que Dios, mi madre y Fernando Baeta me perdonen.

Publicado en: ...el 23 Marzo 2009 @ 13:17 Comentarios (5)

5 comentarios

  1. A 24 Marzo 2009 @ 12:37 Antonino dijo:

    Sexo… y algo más.

    Hombre y mujer. Mitad con su mitad.

    Otra realidad: sexo y libertad.
    Hembras, machos, vaginas, penes, anos,
    lenguas, pechos jóvenes, pelos canos,
    orgasmos, erecciones, ansiedad,
    numeritos X, puntitos G,
    celos, recelos, piques, etc.

    * * *

    (”La felicidad tuya está perdida
    si poco a poco no la ganas tú”,
    le dijo al rey frances La Pompadou
    en momentos de triste despedida.)

  2. A 05 Abril 2009 @ 23:36 nines dijo:

    no te gusta el pelo largo…?

  3. A 09 Abril 2009 @ 14:02 María dijo:

    No podrías defenderte
    -créeme-.
    Mi sexo es así:
    Atrapa y desmantela
    A todo el que pretende distanciarlo
    Del pecado.

    Un saludo,
    María

  4. A 31 Enero 2010 @ 12:49 tao dijo:

    qué penoso es contemplar a un viejo verde…de las cosas más tristes de esta vida. Le recomiendo que deje a sus putitas a un lado, querido anciano, que para más inri siguen siendo jovencitas, como siempre, y dedique el tiempo que le quede de vida a ejercitarse en la Atención mental pura desde la concencia, enseñanza psicológica y existencial que mejorará su vida. Verá usted sobretodo el alma antes que culos y tetas, que al fin y al cabo, ni son lo más importante créame, y no duran para siempre. La puede usted hallar en el Tantra, los Upanishads, el budismo, etc….ah!! y una hora de meditacion vipassana diaria. Como decía Ortega, abandone ya las guarniciones y los entremeses, y diríjase ya al plato de la vida…besos y amor para usted

  5. A 16 Mayo 2012 @ 16:58 Karolinna dijo:

    para reactivar la sexualidad de la pareja creo que lo mejor es innovar juegos sexuales nuevos y probar juguetes sexuales de tusexyshop.com