¿Son los políticos animales racionales?
¿Legalizar las drogas para acabar con el narcotráfico?
SÍ
A la gallega: respondo a una pregunta con otra pregunta, y digo, rotundamente, que no, que en lo relativo a la ya casi eterna cuestión de si deberían legalizar de una puñetera vez las drogas su conducta es no sólo irracional, sino peor aún: inmoral, hipócrita, cínica y, por añadidura, y además de insalubre, contraproducente. Atiza el fuego que pretende apagar. ¡Basta de dinero público invertido en una guerra que está, desde hace mucho, perdida y en estúpidas campañas de insoportable moralina institucional que sólo sirven para fomentar el consumo de lo que demonizan! Decía Mark Twain que el error de Dios fue el de prohibir a Eva la manzana; si le hubiera prohibido la serpiente, se habría comido ésta. Así es la naturaleza humana, sobre todo cuando su usufructuario no ha salido de la infancia, la adolescencia o la juventud.
Respondo, además, a la pregunta con un indisimulado gesto de hastío, resignación y hasta irritación, porque lo he hecho ya, por tierra, mar, aire, prensa, radio, televisión y literatura en infinidad de ocasiones, y de nada ha servido, como tampoco ha servido que lo hiciesen, con más autoridad que la mía, casi el ciento por ciento de cuantas personas ilustradas hay hoy en el mundo. No recordaré sus nombres ni el lustre cultural e institucional que los avala. No puedo convertir este articulillo en algo a mitad de estrada entre la guía de teléfonos y el Gotha de la intelligentsia.
Siempre se han consumido drogas y siempre, pónganse los políticos —metidos a telepredicadores— como se pongan, seguirán consumiéndose e inventándose o reinventándose. Está también eso en la naturaleza humana. Es así, y punto. Lo es en todos los ámbitos: el del ocio y el negocio, el de la religión, el de la cultura, el de la ciencia, el de la convivencia, el de los usos y costumbres… El de la historia universal, en definitiva. ¡Entérense, por Dios, los políticos de algo tan simple como eso o, si sus luces no dan para tanto, pasen una temporadita en Salamanca!
¿En Salamanca? No, no, mejor en Amsterdam, donde quizá sus colegas holandeses —holandeses, no sudaneses, ni ugandeses, ni latinobananeros— se avengan a informarles de cómo, en su país, tras varias décadas de antiprohibicionismo, han caído en picado el consumo de drogas duras y blandas, la incidencia de las enfermedades —sida, hepatitis, sobredosis, adulteración y demás— con ellas relacionadas y, por supuesto, los índices de criminalidad.
Si yo fuere rey del mundo o, por lo menos, presidente de los Estados Unidos, resolvería el problema del narcotráfico en cinco minutos: los necesarios para promulgar, urbi et orbi, la legalización general de todas las drogas, menos una: el tabaco. Y eso, lo último, por ser éste la única que perjudica no sólo al usuario, sino también a su vecino. Se trata de un problema moral y no, únicamente, sanitario: sabido es que la libertad del ciudadano termina donde empieza la libertad del prójimo.
Comprar drogas es hoy tan sencillo, en cualquier país del mundo, como comprar la prensa en el quiosco de la esquina. Normalicen los políticos en sus políticas lo que normal es en la calle. ¡Pésima ley, decía el emperador Adriano, la que muchos, a menudo, infringen!
Y si no son capaces de dar ese paso —el de la legalización, aunque mejor aún sería la liberalización— por mera racionalidad y en nombre del sentido común, y del común sentir, háganlo al menos por compasión. Sin ella, el gobernante se convierte en déspota del mismo modo que el Estado se transforma, abusivamente, en papá cada vez que nos echa sermones y mete las narices en nuestra vida privada. Inútil es, tal como van los tiempos, y por eso no lo hago, invocar el libre albedrío. Ese bien supremo nada importa a los liberticidas que nos gobiernan.
Fernando Sánchez Dragó
11 de febrero de 2007
Es tan difícil que ocurra esa legalización…El demonio del prohibicionismo ha calado en las meninges de la población, y es prácticamente imposible hacer ver a la gente (yo lo intento con la más cercana) aquello que describes en tu texto de hoy; hacerles entender en definitiva que las drogas son compañeras de este viaje que es la vida.
Si existieran más valientes samuráis en el entorno de los medios de comunicación dispuestos a abrirnos los ojos, creo que se ensancharía generosamente ese camino que tú intentas abrir hacia la comprensión de las drogas, la vida…y el corazón.
“¡Pésima ley, decía el emperador Adriano, la que muchos, a menudo, infringen!”
Excelente frase, me ha gustado la reflexión de vuestra merced, pero prefiero Salamanca a Amsterdan, además la prohibición siempre da algo de morbillo…
Ha sido un placer encontrarte y será un placer seguirte en cada post.
Me gustaría proponerle un tema, si me lo permite, que verse sobre la Impunudad. Dígame ¿La aspiración de impunidad se antepone al que hacer en política, es tan influyente a día de hoy, cuales son sus consecuencias en política si se abusa de ella?
Pues una de las consecuencias que más puede afectar a las personas en general y que afecta principalmente a nuestro pasado y a nuestro futuro, puesto que se adueña total y absolutamente del presente sobre el pasado, es la cada vez más extendida presunción de Impunidad.
Muchas gracias por su atención.
Alberto Zambade
Tal como estoy leyendo en el 161, del sendero de la mano izquierda, lo virtual és lo contrario de lo real: En el caso que nos ocupa, la realidad es que se consumen drogas a pesar de lo virtual: una ley, digna de inquisidores, sobre el papel, para que quede constancia por escrito de la hipocresia, el cinismo y el hideputismo, de los que en España, pudiesen cambiar esta gilipollez extrema versus libertad y no lo hacen por no causar revuelo en el gallinero de la ignorancia.
Prefieren seguir con la desinformación y la satanización del arbol del conocimiento del bien y del mal…comamos pues de la manzana, los que preferimos charlar con la serpiente o porque no, Dragón, ya que a mi modo de VER, siempre serà preferible conocer el bien, y su hermano el mal, que vivir como un borrego bajo la mirada de un dios que reparte hostias i pasa la bandeja,cuando no és abiertamente mafioso y dueño del Ambrosiano…
I quien quiera conocerse a si mismo, y le de un bocado a la manzana tal vez se encuentre con Dios, con el de verdad, y seguramente hasta le caerá bien, porque Fernando,los dos lo sabemos, nuestro buen amigo Dios, és un cachondo.
Lo de que la legalización produciría la caída en picado de la venta y consumo de drogas está por ver.
Bastante aborregado está este país ya (telebasura, sistema educativo vergonzoso, publicidad, consumo, preocupación excesiva por el pago de hipotecas y despreocupación desmesurada por lo cultural y espiritual) como para normalizar el consumo de drogas.
Por otra parte, una población drogada y atontada puede llegar a ser más fácil de manejar por los políticos sin escrúpulos y por los magnates de la droga _dueños de grandes fortunas, y frecuentemente metidos en política aunque en la sombra_ por lo que creo que tarde o temprano la legalización será general (Holanda va de avanzadilla, a modo de experimento para sondear a la opinión pública)
No lo digo yo: lo predijo Orwell.
Seguiría existiendo el contrabando, porque existiría la DROGA y la droga (la que he escrito en mayúsculas es la no adulterada, la que no todos podrían pagar debido a su elevado coste).
Si la droga se legalizara habría empresas que se encargarían de comercializarla (como las tabacaleras). Estas empresas querrían vender su producto publicitándolo. La gente vería en la tele a sus ídolos de la telebasura promoviendo el consumo. Sólo unos pocos privilegiados (aquellos lo suficientemente sensatos como para discernir que en pequeñas dosis y esporádicamente algunas drogas no son mortales) conseguirían escapar del infierno de la adicción; un gran porcentaje de la población se engancharía hasta el extremo de no poder vivir sin ella. Es ahí cuando los empresarios se aprovecharían para subir los precios.
Se implantaría una dictadura dialéctica en la que si criticas la legalización no eres progre, o sea eres facha, retrógrado, puritano y moralista (ni que fuera malo querer actuar moralmente)
En fin, un desastre. La droga como sustancia, como todo, tiene sus cosas buenas y malas. Pero si pensamos en lo malo, y en que no nos es necesaria para vivir (no cuenta la morfina de los hospitales, etc)y en que hay muchas formas de disfrutar de la vida sin necesidad de recurrir a hacerme una raya para aguantar 24 horas en un garito bailando como una cosaca.
!Qué tema más complicado! Estoy de acuerdo. Para acabar con las penurias sociales que producen las drogas es necesario legalizarlas, así acabaremos con buena parte de las mafias. A lo mejor tendríamos otros problemas, otras mafias como las farmacéuticas que también trabajan con drogas. Aquí quiero recordar que Bayern introdujo en España la heroína como tratamiento contra todo, sin comentarios… Aquí unos carteles (http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/heroina-jarabe-bayer.htm)
Pero señor Sánchez Dragó, en su alegato liberalizador hay un fallo: matar ocurre y ocurrirá, y se reinventará.
Con todos mis respetos. Un saludo, para todos.
Agradecido estoy contigo, Dragó.
Tu artículo me inspiró y sirvió de resorte para que pusiera en marcha una idea, sobre drogas y coherencia, sinceridad e información (al estilo de cronista irónico, no de vademecum) que me venía rondando la cabeza desde hacía algún tiempo.
Por si pudiera resultar de interés para alguien, o de simple diversión, dejo la dirección, pero si considera inapropiado el gesto, elimínela sin dudarlo. No quiero aprovecharme ni abusar.
http://historiasdedrogas.blogspot.com
Aprovecho para agradecer también el artículo que le dedicas a Zapatero en vísperas de su viaje a Japón.
Me he reído muchísimo viendo la acertada descripción que de él haces, su persona, su mecanismo, sus gestos, su imagen, sus miserias y su realidad.
Un agradecido lector.
No había caído nunca en el punto de vista que el tabaco es la única droga que perjudica también a la salud de los demás, cosa realmente cierta. Lo que me gustaría saber es la causa por la que en Holanda se haya reducido el consumo de drogas, eso conduciría a la idea que las drogas existen gracias a la prohibición y el morbo que despierta lo ilegal. ¿O habrá otras causas en Holanda que hayan provocado eso? ¿Se podrá extrapolar ese experimento a otros países como el nuestro, tan distinto del holandés?
El tema holandés es complejo.
Es cierto que para determinadas personalidades y grupos de edad, como pueden ser los adolescentes, o algunos grupos con vocación de marginales, todo aquello que esté prohibido tiene un aliciente extra que sería el placer de la transgresión en algunos casos, y de la autoafirmación de propio gobierno en otros.
En el tema del cannabis, la exuberante oferta de derivados que se tiene al alcance, y el conocimiento de sus efectos, ha hecho que los jóvenes de allí la perciban como aquí percibimos el rioja. Un producto más.
El resto de las drogas, siguen estando prohibidas a nivel de comercio, pero no son perseguidas a nivel de trapicheo y consumo. De hecho, la policía no te suele requisar otras drogas que pudiera encontrarte en un posible cacheo.
Somos muy distintos a los holandeses en carácter, pero como ente psicodinámicos funcionamos igual. Ese aliciente de lo prohibido desaparecería.
Tal vez algunos confundieran, en un principio, legal con sano o inocuo. Pero tras ese error inicial y la curiosidad de algunos, el consumo a medio plazo bajaría, y mejoraría a todo el tejido social afectado por las leyes represivas.
Educación e información, descriminalización, y tolerancia, han hecho de Holanda el país con menos problemas con las drogas de toda Europa.
El experimento de la prohibición no sólo fracasó, sino que funciona en sentido contrario.
Si tan sólo aplicasen los conceptos y metodología científica a este aspecto… hace tiempo que estaríamos probando otras soluciones, vaciando cárceles, mejorando la salud de los consumidores, etc.
La prohibición y sus mecanismos son un delito flagrante contra ese abstracto que es “la salud pública”, pero concretado en cada individuo cuya vida se arruina por acercarse a ese mundo en el actual status.
En lugar de estudiar como hacer que no necesitemos drogas para dormir, soñar, reír, aliviar el sufrimiento, la apatía o la búsqueda de experiencias espirituales “rápidas”, dedicamos el dinero de los contribuyentes a subvencionar a las mafias, asegurar la oferta y la demanda del producto y un precio esperpénticamente alto… y a seguir haciendo cárceles.
Si se hubiera intentado hacer peor, no lo hubieran logrado.
Bayern es Baviera en alemán, la empresa farmacéutica se llama Bayer
Querido Fernando,
¡cuanta razón lleva usted!
Quiero añadir un aspecto que nadie toca: sería la solución al atasco judicial en materia penal y a la inseguridad ciudadana. Los recursos policiales y judiciales podrían usarse para la persecución de los delitos que causan alarma social, como la corrupción de políticos, magnates de la prensa y de la construcción. Según la memoria de la Fiscalia General del Estado, aproximadamente el 80% de las causas penales son por delitos contra la propiedad relacionados con la drogadicción. Por mor de la prohibición se convierte a enfermos necesitados en forzosos e inexpertos ladronzuelos que constituyen el grueso de nuestra población penitenciaria. Se lo dice un abogado con mucha experiencia.
Curro
Perdón por la errata
A mí también me parece que la única medida sensata en este caso sería la legalización total del tráfico y consumo de drogas (sin otras limitaciones que las propias del comercio y manipulación de productos alimentarios, es decir: vigilancia de la higiene, pureza y salubridad del producto, etc).
Además, veo que hay personas inteligentes, sensatas y conocedoras del tema, como Escohotado, o como el mismo Fernando-San, que son del mismo parecer.
Sin embargo hay algo que me preocupa, me da vueltas en la cabeza una y otra vez, y no me deja en paz. ¿De qué se trata? Pues se trata de que todos los progres, sin apenas excepción, son partidarios también de lo que ellos llaman “la legalización de las drogas”.
La molestísima idea de coincidir con ellos en algo me desazona, y me hace pensar que en algún punto de la cadena de razonamientos debe de haber algún error, se me debe de haber colado algún sofisma garrafal (a mi y a gente más lista y mejor preparada que yo, como los citados anteriormente), y me obliga a darle vueltas una y otra vez al asunto, como aquellos empleados de banca de antes, que se pasaban los pobres horas y horas repasando cuentas, porque habían encontrado en el resultado final algo que no cuadraba, y debían encontrar el fallo entre las interminables columnas de cifras.
A veces gusto de pensar que los que se han equivocado son ellos, los progres, y por eso llegan en apariencia a las mismas conclusiones que yo, y que son por tanto ellos los que tienen que repasar trabajosamente sus silogismos; o que cuando los ellos dicen “legalización de las drogas” no quieren decir en realidad lo mismo que yo cuando digo “legalización total del tráfico y consumo de drogas”, no sé.
Luego, al otro lado, están también esos señores y señoras de orden, que defienden con uñas y dientes la Prohibición y nos avisan (modestamente proféticos) de las innumerables desgracias y catástrofes que produciría la legalización (a base sobre todo de atrevidísimos condicionales: “no arreglaría”, “se produciría”, “seguirían”, “verían”, “aprovecharían”…), y nos sirven para darnos cuenta de que si la conclusión fuera que no hay que legalizar las drogas de ninguna manera, también nos habríamos equivocado, hay que joderse, también habría que repasar las cuentas.
En fin: esto es un sin vivir. Que piensen ellos (Escohotado y Fernando-San), que yo no tengo costumbre, y luego tengo una jaquecas horribles.
Fernando,dónde puedo encontrar el libro tuyo y d otros autores: FINISTERRA.???.Me stoy volviendo loca y no hay manera d encontrarlo,o por qué no lo reeditais ???
"¿Son los políticos animales racionales?"
"Legalizar las drogas para acabar con el narcotráfico? SÍ". Así comienza una interesante entrada (puedo asegurar que esta lo es, allá cada uno las demás) de Fernando Sánchez Dragó justificando la necesidad de legalizar las drogas para …
Si las democracias fueran un poco más valientes se arriesgarían al menos, pardiez. Recurrir a la demostración empírica al menos por esta vez, probar a legalizar las drogas X décadas y observar los resultados sin partidismos ni tonterías. Pero es casi imposible mover a los partidos del partidismo, nuestro peor defecto.
En cuanto a mi no tomo drogas, no he tomado y puede que nunca tome, pero los problemas de delincuencia, gasto público y simple pérdida de tiempo en campañas y chorradas me afectan como el que más. Como cantaba Sabina en una (inédita) canción (http://www.joaquinsabina.net/2006/04/09/como-en-chicago/), vamos a acabar como en Chicago en tiempos de la prohibición.
PD: Le he “meneado” en http://meneame.net/story/son-politicos-animales-racionales, espero que no le importe; lamento la frase “puedo asegurar que esta lo es, allá cada uno las demás” pero la experiencia en esos terrenos me hizo temer que si no añadía una justificación así mucha gente lo iba a votar negativo automáticamente al leer el nombre del dueño del blog. Si le parece mal yo tambien me disculparé “unilateralmente”.
Menos moralina. Si legalizamos las drogas… el tabaco también. ¿No se puede fumar tranquilamente en casa de uno? ¿Y en la calle? ¿y en mi negocio, que para eso es mío y el que no quiera que no entre? No es la única droga que daña a los demás, eso es una gilipollez. Cualquier droga daña a los demás cuando el drogado pierde el control, y lo pierde a veces. Estoy de acuerdo con legalizar las drogas, con la ética personal, pero no con este tipo de discriminaciones absurdas: SI AL TABACO.
Ojo! yo no fumo, por aclarar.
Dice Beltrán: “Cualquier droga daña a los demás cuando el drogado pierde el control, y lo pierde a veces.”
Y eso es falso.
Si medita sobre su propia frase, no es la droga lo que en ese supuesto daña a nadie, sino la perdida de control de la persona.
Y tiene razón usted, hay personas que con ciertas drogas pierden el control. Motivo más que suficiente para que esas personas no tomen esas drogas.
Si uno no sabe beber, que no beba.
E igual para las demás sustancias.
Pero excusarse en haber consumido droga, bien sea LSD o bien sea alcohol, para llevar a cabo determinadas conductas, es de hipócrita.
Eso sí, el sistema judicial favorece ese tipo de interpretaciones cuando aplica eximentes por consumo.
Pero no sea cínico, no culpe a la droga del monstruo que cada uno pueda llevar dentro.
Y voy a rectificar al señor Dragó.
El tabaco es la no es la única droga que daña a los demás. Lo es cualquier material que se fume y desprenda humo o gases.
Pero esnifar rapé de tabaco o mascarlo, no daña a nadie. Es sólo la forma de consumo la que puede dañar a otros.
Como bien sabe el Sabio Dragó,las drogas han estado
presentes desde siempre en la idiosincrasia de la especie humana,.y creo que lo más conveniente sería
legalizarlas,..incluido el tabaco.Que cada uno las
utililize como quiera.,es más crearía una asignatura en las universidades para el uso de los enteógenos
como método de aprendizaje chamánico.Cada individuo
con su alma y cuerpo que lo someta a lo que quiera.,ya
que somos ante todo seres libres.
Me ha traído hasta aquí cierto personaje de la izquierda que escribe rimitas para sus musas a las que más que musas trata como “negras” mientras se hace pasar por “rojo”, que mejor ni nombrar porque lo que vive persiguiendo es tener cada día más dinero y poder y como todo el mundo sabe, para obtenerlo lo mejor es un pseudo enfrentamiento con los que ya lo tienen.
Y reíte de Stendhal -Rojo y negro- y de La pimpinela escarlata de la baronesa.
Estoy contigo en esto.
Sí a la legalización de las drogas.
Ahora decíme vos, si este criterio es de derecha o de izquierda, porque los códigos que usan los de uno u otro bando confunden mi sentido común y nadie me quiere aceptar en sus filas.
Soy abogada desde hace 27 años y desde hace 30 -en época universitaria- que defiendo y proclamo la legalización de la droga. Los argumentos, hoy muy difundidos que daba en ese entonces, fueron prolijamente recogidos y expuestos Escohotado, varios años después y son prácticamente los mismos que estás mentando aquí.
EL tabaco mató a mi padre (en mi blog podrás leer un poema “la foto de mi viejo” donde menciono su adicción), y sin embargo, con las limitaciones de espacios prohibidos o autorizados que correspondan, tampoco me opongo a su venta o consumo, si no daña al vecino, lógicamente, porque en eso funda la libertad personal.
Cada uno se suicida como puede.
Me quedé pensando en tu ingenuidad. Si fueras Rey del Mundo o Presidente de los EEUU.
¿Acaso quien creés que sostiene los carteles y las mafias con su perversa burocracia antinarcotráfico?
¿Quienes son los que con el dinero ilícito designan sus personajes del año, eligen a los gobernantes de turno y establecen Jueces que defienden sus organizaciones que no paran de aspirar y ser un ejemplo vivo de la hipocresía humana?
El reduccionismo está bien para los neófitos que miran Gran Hermano y no comprenden que las monarquías holando-españolas anda detrás de la pantalla, dando paradigmas de idiotez y mezquindad para que los anónimos perejiles discutan tonterías.
Pero en un intelectual, un comunicador, un artista, un docente, eso es inaceptable.
En resumen, legalicemos pero dentro de un marco jurídico independiente y republicano.
Muchos han olvidado que la separación de poderes del vetusto Montesquieu ya ni siquiera se enseña en los colegios y esto seguirá siendo un ¡¡¡Viva la Pepa!!!, porque los señoritos que deben hablar guardan un prudente y acomodaticio silencio para empoltronarse con presidentes, eurodiputados, manipuladores de los medios de comunicación y favorecer sus intereses sectoriales con empresas que procuran el lucro indiscriminado sin mirar el precio.
Los que están en contra de la legalización, regulación y blanqueo de capitales y distribución de las riquezas que no paga impuestos, son los mismos que luego aplauden las leyes a favor del aborto y la eutanasia y creen que la pobreza global se soluciona tirándoles un pedazo de pan -asistencialismo electoralista- a los marginados que no deberían ni siquiera nacer.
Es que hay paquidermos que son tan gigantes que acabarán aplastando a los enanos de jardín que han tomado como rehenes.
Bueno aquí encuentro el mensaje.
Lo único que se ha borrado fue mi aclaración explícita de que el miserable era JOAQUIN SABINA.
Pensé que eran archienemigos, pero ya veo que entre bueyes no hay cornadas.
Hoy me he dado cuenta de lo que escribí el otro día.,cometí un error y es que el tabaco ya esta
legalizado…un saludo para Dragó.
fungiforme
¿Qué setas son esas que he encontrado
por viajes a través del universo
dispuesto a entrar al túnel denostado
por el hombre civil que sigue inmerso
en aguas pantanosas como leyes
que opacan sin saber el horizonte
del camposanto que pastan los bueyes
asidos dos a dos por el remonte?
¿Será la psilocíbica palabra
quien pueda descifrar el logaritmo
anclado en el sudoku traicionero?
¿Será su dulce esencia la que abra
mi mente que al galope sigue el ritmo
frenético que marca mi yo arriero?
22_07_06
Océano Atlántico
la sustancia que penetre la frontera de mi pellejo bajo mi voluntad formará parte de mí.
¿eso es…
…ilícito?
…inmoral?
…peligroso para terceras personas?
…anormal?
¿quien puede deshacer la entereza de mi libertad personal bajo algún concepto, sea ley, sea moral, sea religión, sea sociedad…?
Estamos de acuerdo Fernando
Beresit: el panorama que pintas ante una eventual legalización me parece exageradamente pesimista. Si se legalizan las drogas y se regulariza su consumo con la adecuada legislación no tendría por qué ser así.
Presumo que no consumes ninguna de las drogas ilegales, pero puede ser que fumes tabaco y bebas alcohol y no por ello te consideres drogadicta. Quizá no tengas ni idea de, a pesar de su ilegalidad, cuán accesibles son la mayoría de las drogas comunes, ni te hayas planteado que el que no consume hoy no es porque no pueda acceder a las drogas sino por que no quiere. No veo así de qué forma la legalización de las drogas podría provocar ese “patasarriba” que describes. Además sugieres que habrían dos clases de droga y que precisamente sería la de baja calidad, la “adulterada”, la que sería comercial y la gente podría permitirse. Sabes bien que eso no sería lo lógico en el marco de una legislación: para empezar, como productos de consumo deberían cumplir una normativa y unos criterios de calidad, tal y como ocurre en Amsterdam para tu información. De hecho, la droga de baja calidad no sería la comercial, sino la que se movería por el mercado negro y del trapicheo a precios más bajos, acordes con su calidad. Sobre su eventual publicidad, observa las leyes al respecto en los casos del tabaco y el alcohol y verás que estás sacando la cosa un poco de madre. Si te dieras una vuelta por Amsterdam, verías que allí también hay reglas al caso.
Dices también “Sólo unos pocos privilegiados (aquellos lo suficientemente sensatos como para discernir que en pequeñas dosis y esporádicamente algunas drogas no son mortales) conseguirían escapar del infierno de la adicción; un gran porcentaje de la población se engancharía hasta el extremo de no poder vivir sin ella. ” Con todos los respetos, es otra meada fuera de tiesto. Presupones que los consumidores son irresponsables por antonomasia. Que por ser legal el alcohol un gran porcentaje de la población va borracha por ahí todo el día. Una vez más apelo al hecho de la accesibilidad de las drogas a pesar de su ilegalidad: los que consumen sensatamente lo seguirán haciendo sensatamente y los insensatos lo harán a su modo, con o sin prohibición. Lo del “gran porcentaje de la población” enganchada sí que estaría por ver. Tu tesis contradice de lleno los HECHOS que puedes consultar siempre a disposición acerca del “experimento” en Amsterdam, donde verdaderamente se registran los niveles más bajos en Europa de problemas derivados del consumo de drogas. No es por casualidad, Beresit, que sea Holanda uno de los países con menos embarazos no deseados y con menos abortos del mundo y a la vez con uno de los sistemas de educación en la sexualidad más modernos, abiertos y menos represivos.
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