Toros y política

Lo dijo Ortega, lo dijo Pérez de Ayala, lo dijo Marañón, lo dijeron muchos: en España no cabe entender lo que se cuece en el horno de la política si no se mira al trasluz de lo que sucede en el albero de las plazas de toros. «Ruedo ibérico», añadiría Valle-Inclán, en ambos casos.

Así ha sido siempre y siempre será así. Tal era el ritornelo, sapientísimo, que impregnaba el discurso de Sinuhé, el Egipcio, en las páginas de la mejor novela escrita en el siglo 20. Razón llevaban él y sus paisanos.

Lo que el pasado 17 de junio —día de la reaparición de José Tomás— sucedió dentro y fuera de la Monumental de Barcelona, y lo que previamente había sucedido (y venía sucediendo) en las bancadas, covachuelas y poltronas del ayuntamiento de la misma ciudad, corrobora los dos asertos: el concerniente al paralelismo e interdependencia de los toros y la política, y el relativo a la inmutabilidad de la condición humana y el funcionamiento de la sociedad que de ella se deriva.

Voy a hablar hoy aquí sólo de la ocurrencia —liberticida (y, por ello, perversa) e innecesaria (y, por ello, estúpida)— de declarar a Barcelona ciudad antitaurina. Fue sólo una intentona, que no cuajó y se quedó, a la postre, en nada, pero el espíritu de aquel propósito descabellado, que lo era de toro de Miura (y perdónenme los de Izquierda Republicana que recurra, para definirlo, a dos símiles —descabello y Miura— procedentes del ámbito y léxico taurinos), sigue hoy vivo en buena parte del gobierno de la ciudad y del de Cataluña entera.

¿De dónde salen, si no, los muchos millones de euros gastados en vísperas de la reaparición de Tomás por quienes desde las filas, mayormente anglosajonas, del llamado movimiento antitaurino coparon páginas y páginas de la prensa de Barcelona con anuncios de la manifestación que el 17 de junio iba a recorrer, desde las Atarazanas hasta la Monumental, las calles de la ciudad y a poner, como remate, cerco de histeria, amenazas, insultos y rostros desencajados por la maldad hipócritamente buenista y animalista al coso donde el torero iba a exhalar, y vaya si lo hizo, su inconfundible e indefinible soplo?

Dijo Savater por aquellos días —los de la profesión de fe taurófoba decretada manu militari por los ediles del tripartito— que declarar antitaurina una ciudad era chorrada (sorry) tan grotesca y tan mayúscula como la de declarar Sevilla, creo que fue ese el topónimo escogido para el parangón, ciudad antibutifarra a la catalana. O Madrid, añado yo, antichistorra y San Sebastián antimadroños y osos emasculados por las feministas. ¡Qué mundo el nuestro! El español, digo, no el de extramuros, que tampoco anda últimamente, a fuer de satiricón, lucha de civilizaciones y fin de época, mal servido.

¡Bonita forma de entender la democracia! Creer que elegimos gobernantes para que se dediquen a la tarea redentora de cambiar un país hasta que no lo conozca, como dijo el Guerra (no el torero, sino el otro), ni la madre que lo parió es flagrante extralimitación de funciones y, por ello, despotismo sin rebozo, además de dislate manifiesto. Y quien acuñó la frase y la comparanza del parto —me refiero a don Alfonso— no es, precisamente, antitaurino, dicho sea de paso.

Por cierto: me estremece la posibilidad de que mi madre, en vida, no me hubiese reconocido. Me gustaba que me conociese, y a ella que yo lo hiciera. También me gusta conocer —reconocer— el país donde he nacido gracias al mantenimiento de sus usos, costumbres y señas de identidad. No pago a los políticos para despertarme un mal día, mirar a mi alrededor, llevarme un susto y exclamar: «¡Ésta no es mi España, que me la han cambiado!». No, no, la política no está para eso, sino para administrar debidamente una finca heredada proindiviso, vinculada y vinculante.

El dilema entre la democracia liberal —laissez faire, laissez passer— y la liberticida —prohibir, intervenir, orientar, sermonear, multiplicar las leyes y eliminar lo que califican, con una mueca de horror de vacíos legales— viene de antiguo… Del tercer tercio —más símiles taurinos, sin ellos es imposible hablar buen castellano— del siglo XVIII, punto de arranque ése de las dos grandes tradiciones democráticas del mundo occidental: la norteamericana y la francesa.

Los Padres de la Independencia de los Estados Unidos, con el libertario Thomas Jefferson a la cabeza, cargaron todo el peso de las leyes por ellos proclamadas sobre la necesidad de defender los derechos del individuo en cuanto tal, como único gestor legítimo y eficiente de sus no menos legítimos y, por definición y lógica democrática, sacrosantos recursos y decisiones. La función del Estado se limitaba, de iure y de facto, a garantizar el libre ejercicio de esos derechos y a proteger al ciudadano sin inmiscuirse en su vida privada, en su conducta, en sus gustos, en sus costumbres, en sus creencias, en su modo de pensar o en su forma de hablar.

La otra tradición, la francesa, la que condujo desde el principio a la escabechina no sólo de los disientes, sino también de los coincidentes, la que ha imperado e impera en Europa y la que ha conducido a ésta, una y otra vez, al totalitarismo, el bonapartismo, el cesarismo, el jacobinismo, el comunismo y el gulag, el nazismo y los hornos crematorios, los fascismos de derechas y de izquierdas, y las dos peores guerras de la historia, es la que alienta, hoy como ayer, excesos tan nauseabundos, y tan peligrosos por la jurisprudencia que sientan en lo relativo a problemas de mayor enjundia, como el de intentar prohibir que en un determinado núcleo urbano o rural se celebren, por ejemplo, corridas de toros enraizadas en el sentir del pueblo y por éste avaladas.

No es verdad, como aducen los taurófobos, que los taurófilos estemos hoy, por lo que hace al conjunto del país, en minoría y vergonzosa desbandada, pero tampoco sería eso argumento, si así fuera, para meterse en camisas de once varas ni en espectáculos de tres. ¿Acaso la democracia no obliga —es ése, incluso, uno de los aromas más preciosos y apreciados en su tarrito de esencias (otra expresión taurina)— a tomar en consideración, proteger y respetar la opinión y los derechos de las minorías en todos los casos y, de modo muy especial, con mayor ahínco, cuando esas minorías son numéricamente cualificadas y surgen al paso y a impulsos de una ancha y caudalosa tradición? ¿A do van, por ejemplo, los derechos históricos —adquiridos tras largo usufructo— de los aficionados en una ciudad que a sí misma, por ucase de quienes momentáneamente la rigen, se declara antitaurina? ¿O es que van a prevalecer, por la fuerza, los derechos de los animales sobre los de los seres humanos? Eso, amigos, tiene nombre. Se llama Ecología Profunda, y fueron las leyes de limpieza étnica del Tercer Reich quienes la inventaron.

Y ni siquiera, para colmo, hay unanimidad taurofóbica, ni mucho menos, en las filas de los partidos que desean y plantean la proscripción y erradicación de los festejos taurinos. Recuérdese, sin ir más lejos, el rubor que tiñó el rostro de los dirigentes de Herri Batasuna cuando alguien, no recuerdo quién, los citó de frente recordándoles la exitosa carrera como novillero de Ion Idígoras, que alcanzó cierto cartel en las plazas de Vasconia y del resto de España bajo el apodo de El Niño de Arrasate.

El otro día, en la Monumental, había, sobre todo, barceloneses, muchos de ellos catalanistas, de igual modo que en la Semana Grande de Bilbao llenan el coso los de izquierdas y los de derechas, los vasquistas y los españolistas, bilbaínos, eso sí, en su mayor parte, los unos y los otros.

¿Qué es una ciudad sino una comunión de individuos cuyo talante —ya saltó la dichosa palabreja— se va formando al hilo del correr de las generaciones y cristaliza en algo vivo, ponderable y tangible, perceptible, cierto, pero que por poliédrico, difuminado y plural escapa a toda tentativa de adjetivación y definición?

Las ciudades viejas, sin fecha conocida de fundación, y Barcelona no tiene otra que la mítica de Hércules, alcanzan su carácter por lenta sedimentación, y no es fácil que lo muden, en virtud (o vicio) de lo que hagan y deshagan los de arriba, de un día para otro.

Ninguna ciudad —por ser todas coro y asamblea de hombres libres, de gentes soberanas— puede ser taurina o antitaurina, como tampoco puede ser, pongo por caso, agnóstica o creyente. En ella deberán convivir los unos y los otros, los creyentes y los agnósticos, los taurinos y los antitaurinos, los nacionalistas y los españolistas, en medio, por lo general, de un océano de indiferentes a los dos polos de tales y tan forzadas (y forzudas) antinomias.

Vi el otro día, en la manifestación animalista de Barcelona, cuyos organizadores y animadores encarnaban a la perfección la españolísima tacha —que rima con facha, pues fascismo es eso— de despreciar cuanto se ignora, carteles que rezaban: Con mis impuestos, no. ¿Será posible tanta necedad, tanta incultura, tanta demagogia de todo a cien, tan cerril y sordo desprecio de la razón? Ningún gobierno nacional o autonómico, que se sepa, subvenciona o promociona la Fiesta. Sucede más bien lo contrario: es la Fiesta la que suministra alpiste de impuestos, turismo y subasta de cosos a los ayuntamientos.

Si los toros existen es porque hay gente, mucha, que acude a verlos después de pasar por taquilla. Y si esa gente —la afición— dejara de ir, las corridas también dejarían de celebrarse y la tauromaquia moriría en el acto, fulminada, y no a volapié o recibiendo, por arte de valor y estoque, sino de muerte natural. Así de sencillo. Y como a nadie le ponen, ni en Barcelona ni en Pamplona, una pistola en el pecho para que vaya a los toros, la polémica se resuelve sola. Consiéntasenos, pues, a los aficionados celebrar en paz nuestro inmemoriales ritos, y quédense en buena hora los antitaurinos en sus casas, en los divanes del psicoanalista, en los púlpitos y confesionarios o en los lugares que apetezcan para su solaz y sanación.

No sé si me resta espacio para una última consideración entre las muchas que cabría formular. Es ésta: confundir taurinismo con españolismo, y no digamos con francofascismo, equivale a no discernir entre las témporas y el culo. Mucho antes de que Isabel y Fernando casaran sus coronas ya se corrían toros de Creus a Finisterre, de Peña Tú a las columnas de Hércules. Y hay que ser muy ignorante para no saber que en la querella de los taurinos y antitaurinos —no es de hoy, siempre la hubo— fue el pueblo llano quien una y otra vez, sin traicionarla nunca, se colocó al lado de la Fiesta y la respaldó con cañas o con lanzas, cuando fue preciso. La historia de la lidia, desde que existen datos, ha sido siempre, con alguna que otra excepción, aúlica o eclesiástica de escurrida presencia y poco trapío, la de los de abajo contra los de arriba, y no, nunca, ni por asomo, al revés. Si el pueblo no la hubiese hecho suya, hace ya mucho que la Fiesta —rito arcaico, sacramental, sexual, dionisíaco, pánico y mistérico que sobrevive, con bravura, a contrapelo de la modernidad— habría desaparecido.

El toreo nació a caballo y echó pie a tierra, y arraigó en ella, porque, a diferencia del rejoneo, que no es espectáculo taurino, sino circense, era voz del pueblo que exaltaba al villano frente al señor. ¡Más cornadas da el hambre! fue el grito de dolor y de valor que durante muchos siglos —¡en pie los parias de la tierra!— sirvió al toreo y a sus maletillas de banderín de enganche. En los años de la República se celebraban las corridas con idéntico empaque al que hoy las adorna, se desplegaba y lucía la tricolor en palcos, balconcillos, barreras y burladeros, y en 1936, al amartillar sus fusiles los cuatro generales de la canción de Paul Robeson, buena parte de los diestros y casi todas las gentes de sus cuadrillas estaban inscritos en sindicatos de clase.

La izquierda española y también la —por nacionalista— antiespañola tendrán que retocar y afeitar orwellianamente los pitones y atributos de su historia si insisten en el empeño de forjarse un pasado antitaurino. Allá ellas si tal hacen: los cadáveres de sus padres fundadores y de sus antepasados y combatientes darán un respingo en sus tumbas, las abuchearán y gritarán ¡al corral! ¿Memoria histórica, señores? Pues empiecen por dar ejemplo y bébanse un frasco de tan contundente purga.

Publicado en: ...el 03 Julio 2007 @ 19:13 Comentarios (26)

26 comentarios

  1. A 21 Agosto 2008 @ 22:26 fzhesoul dijo:

    StR2ZR bbzidbxvbgmy, [url=http://rixrlnzdnfnx.com/]rixrlnzdnfnx[/url], [link=http://uraxrluvzbif.com/]uraxrluvzbif[/link], http://uxaugxwqusfi.com/

  2. A 07 Septiembre 2008 @ 23:56 DARWIN dijo:

    SR.DRAGÓ: EL TORO NO ELIGE NI QUIERE SER OBJETO PROTAGONISTA DE SU CULTO CASPOSO E INCIVILIZADO, NO QUIERE SER NI IDOLATRADO NI MITIFICADO POR SERES COMO USTED. EL TORO ES SIMPLEMENTE UN ANIMAL ASUSTADO QUE UNICAMENTE DESEA HUIR DE ESE HORRIBLE LUGAR(LA PLAZA) DONDE SE LE HACE ESA MACABRA ENCERRONA, DONDE HAY MÁS ANIMALES VOCIFERANTES,COMO USTED, Y UNOS EXTRAÑOS SERES QUE SALEN A ACOSARLE Y A LASTIMARLE¨. A ÉL LO ÚNICO QUE LE GUSTARIA ES SALIR DE ALLÍ,VOLVER AL CAMPO Y QUE LE DEJEN EN PAZ;NO ENTIENDE CÓMO OTROS ANIMALES PUEDEN ODIARLE TANTO COMO PARA MALTRATARLE DE ESA MANERA, NO ENTIENDE CÓMO OTRO ANIMAL PUEDE SER TAN MALVADO. SEÑOR DRAGÓ ES USTED UNO DE ESOS ANIMALES MALVADOS.

  3. A 10 Septiembre 2008 @ 11:11 duxpzaumjxx dijo:

    bYJSwy xrrmpxmveuek, [url=http://cxfyhhnseojf.com/]cxfyhhnseojf[/url], [link=http://brkvwjdgdzkh.com/]brkvwjdgdzkh[/link], http://euumemknwjty.com/

  4. A 05 Octubre 2008 @ 23:51 Raul dijo:

    LA SOCIEDAD LENTAMENTE ESTAMOS PONIENDO EN SU LUGAR A TODA ESTA RAMA POST FRANQUISTA QUE DENOMINA FIESTA A MATAR SALVAJEMENTE UN ANIMAL EN PUBLICO .
    LA ESPAÑA PROFUNDA QUE AUN NO HEMOS EXTERMINADO DE NUESTRA CULTURA POCO A POCO CAERA COMO LO ESTA HACIENDO … .
    NO TENGAN NINGUNA DUDA ELEMENTOS COMO USTEDES .
    TODO LLEGA EN ESTA VIDA , SE LO ASEGURO .
    UN CORDIAL SALUDO .-

  5. A 05 Octubre 2008 @ 23:53 Raul dijo:

    LA SOCIEDAD LENTAMENTE ESTAMOS PONIENDO EN SU LUGAR A TODA ESTA RAMA POST FRANQUISTA QUE DENOMINA FIESTA A MATAR SALVAJEMENTE UN ANIMAL EN PUBLICO .
    LA ESPAÑA PROFUNDA QUE AUN NO HEMOS EXTERMINADO DE NUESTRA CULTURA POCO A POCO CAERA COMO LO ESTA HACIENDO … .
    NO TENGAN NINGUNA DUDA ELEMENTOS COMO USTEDES .
    TODO LLEGA EN ESTA VIDA , SE LO ASEGURO .
    UN CORDIAL SALUDO

  6. A 14 Diciembre 2008 @ 10:51 rocio dijo:

    Señor Sánchez-Drago, navegando por internet descubrí un articulo en la pagina de soitu.es en la que le insultaban y decían necedades como que usted disfruta de ver asesinar toros y se lamenta de que lo mismo se haga con los gatos….les escribí recriminandoles, mostrando hacia su persona mi mas incondicional apoyo y diciendoles que el desconocimiento y la incultura son muy atrevidas. Solamente y como amante de esta cultura sin parangón que es la fiesta de los toros, agradecerle personalmente su valentía y tesón en defender el mas grande de los artes que tan felices nos hace a millones de personas. Gracias por todo y mi mas sincero respeto y apoyo a su persona, obra y trayectoria personal y profesional.

    Rocio.

  7. A 14 Diciembre 2008 @ 11:05 vicente dijo:

    Gracias señor Sanchez-Drago por su defensa a ultranza de la mas bella de las artes que es nuestra culta fiesta de los toros.
    A los anti, que siempre presumen de democratas tolerantes y decididos a respetar al contrario les pediria algo mas de esducacion y respeto, pero va quedando claro que su espirutu democratico es una simple tapadera que esconde la mas vil y retocida de las intolerancias y l mas grande de las faltas de respeto por el contrario ideologico.
    VIVA EL ARTE Y CULTURA DE LOS TOROS.

    Vicente ( Valencia )

  8. A 14 Diciembre 2008 @ 11:21 vicente dijo:

    Saramago es una gran persona y un gran democrata????, JAJAJAJA….claro, por eso fua junto a FIDEL CASTRO a conmemorar los 40 años de la dictadura mas larga que conoce el mundo. Me dan pena los toros pero no los seres humanos ni los concebidos pero no nacidos….la misma demagogia de siempre.
    MI APOYO INCONDICIONAL A LA TAUROMAQUIA Y AL SEÑOR SANCHEZ DRAGO.

  9. A 05 Julio 2009 @ 18:18 Oriol dijo:

    Menuda estupidez de artículo, Sr. Dragó. Simplemente es mi opinión, se lo digo sin acritud. La tauromaquia es una tortura, nunca fue arte. Y menuda estupidez las palabras del Sr. Savater. Comparar a los toros con la chistorra, la butifarra, o los madroños, me parece de necios que se enorgullecen de serlo (o sea, estúpido a más no poder). Déjense ya de chorradas y cortinas de humo para defender lo indefendible: una vejación y una tortura hasta la agonía contra un noble animal, frente a los vítores de quienes disfrutan del dolor ajeno con ese “arte”. Mezclar a Cataluña con todo esto, como viene siendo costumbre en nuestro intolerable país (y luego acusan en exclusiva a Cataluña de intolerante, manda cojones), es un esfuerzo por marear la perdiz a lo bobo. Menudos argumentos de pacotilla. Bravo por Barcelona, eso si que es echarle un par de narices, y no lo que hacen los toreros ante un animal acorralado y cansado. Y no me salgan con el tópico de que “hay que ir a una plaza de toros para opinar”, por favor. Jamás viví una guerra, y no me hace falta haberla vivido para afirmar que no me hacen ni puñetera gracia. Acabáramos. Estar en contra de los toros no es ser antiespañol (menuda demagogia barata).

  10. A 19 Diciembre 2009 @ 12:50 Alexis dijo:

    Completamente de acuerdo con usted, Don Fernando. La premisa fundamental para criticar algo es conocerlo mínimamente, haberlo expernimentado, y el 90% de los antitaurinos jamás han estado en una corrida. han visto escenas por la TV, sin entenderlas, y les han parecido bochornosas, horrendas o lo que ellos quieran, pero no se han molestado en entender en qué consiste el espectáculo, en el trasfondo y el simbolismo. Como estudiante de medicina repito lo que me dijeron en mi primera clase de neuroanatomía, cuando estudiábamos las vías analgésicas: el mejor analgésico es el propio dolor, puesto que inhibe las vías neuronales que hacen sentirlo. Así que en el supuesto de que un toro sienta como un hombre, ante tal pinchazo puede sentir de todo, molestias… hasta carcajadas, pero no dolor.

  11. A 29 Diciembre 2009 @ 21:04 Raul dijo:

    Estimado Sanchez Drago , si su verborrea fuera tan
    insulsa como su bibliografia y su monocultural tematica , aun asi entenderia la estrechez de mira que implica su procedencia .
    De momento ya se estan poniendo las bases para que su sanguinaria e improductiva aficion se extermine , como bien sabe los circos aun existen , pero cada dia menos porque gracias a Dios ya no quedan tantos payasos que distraigan a la pleve y se enriquezcan a su costa . En definitiva rescoldos fascistas , ignorantes de la españa mas profunda que aun existe en el A.D.N de semejantes alimañas . Eso se acabo estimado escritor , el asesinato publico de animales esta sentenciado y toda la chusma que vive de semejante salvajada tambien . Estais sentenciados a
    ser personas y no escoria ignorante , las leyes y muchos como yo os pondremos donde debeis estar .
    TIEMPO AL TIEMPO . DE MOMENTO EN MI QUERIDA TIERRA YA ESTAIS REPUDIADOS LEGALMENTE .EN EUROPA Y EL MUNDO ENTERO TAMBIEN Y PRONTO EN EL MINIMO REDUCTO DE TERRITORIO QUE OS QUEDA EN ESPAÑA .

  12. A 21 Enero 2010 @ 11:36 Juan Antonio dijo:

    No soy afcionado a las fiestas taurinas.Soy amante y estudioso de la naturaleza y soy partidario de que el toreo, los encierros y festejos afines perduren si perduran los aficionados a ellos. El toro de lidia ha sido seleccionado por su bravura, cualidad muy rara en la naturaleza. Si desaparece la corrida, desaparece la presión de selección y por tanto el acervo genético de la raza (o mejor del conjunto de castas). Estamos en un momento de cambios ambientales y no se puede perder biodiversidad, variabilidad genética. Para mí el gran problema sería la desaparción del ganado bravo, de la ganadería extensiva más ecológica, de esos campos y dehesas que ligados al toro bravo suman unas 300.000 hectáreas de paisaje ibérico con valor en sí mismo, con gran biodiversidad, con uso adaptado a la conservación de recursos naturales y con valor como colchones protectores de espacios naturales próximos. No se suele entender que proteccionismo, ecologismo y conservacionismo son cosas distintas. Muchas veces el proteccionismo de los individuos animales,y bastantes veces el ecologísmo ideológico, perjudican al conservacionismo, al interés de preservar una naturaleza sistémica, es decir, ecosistemas, especies, razas, paisajes, biodiversidad. A mí no me gustan estas fiestas, pero no me molesta que otros disfruten con ellas. No veo el arte en la tauromaquía, pero ello no quiere decir que no exista. Tampoco entiendo de danza o de arquitectura griega. Trato de entender a los aficionados y además de escuchar a los antitaurinos. Pienso que hay sitio para todos. En cuanto a uso y gestión del territorio, ecológicamente y económicamente, cuanto más variado mejor. Hay sitio para todos y para todo. La naturaleza ibérica no es salvaje, esto no es el Yukón, el paisaje rural es el resultado de un uso ancestral, muchas veces en en equilibrio ecológico con el medio, en equilibrio expoltación/conservación. Es el valor de las dehesas. Esperamos que no sean invadidas por urbanizaciones o campos de golf. La ganadería para lidia, es independiente de la Unión Europea, aquí no hay cuotas como con la carne o la leche. Esta puede salvar los pastos obtenidos “a diente”. Esperamos que no desaparezca esta ganadería, ni estos genes, ni estas fincas, ni estos paisajes, ni estos usos del territorio. Quizás el águila imperial que midifica en Monfragüe o los últimos linces ibéricos de las serranías de Andújar necesitan de la tauromaquia. No perdamos biodiversidad, no perdamos al bravo toro de lidia. Puede que ante un cambio ambiental global tengamos que consumir leche de vaca brava al desaparecer de los campos las débiles frisonas y no ser retanble su explotación en establos. Usemos todos la lógica y que domine el respeto al que opina contrario.

  13. A 06 Junio 2010 @ 10:13 Ramón dijo:

    Suscribo todo lo que Oriol ha dicho, se puede decir más alto pero no más claro.

    Alexis, hacía mucho que no leía una sandez de ese calibre. “El mejor analgésico es el propio dolor”. Una buena razón de peso para la tortura… Estupendo, los argumentos de la Santa Inquisición han vuelto. Restauremos los espectáculos de Gladiadores bajo esa consigna, y a divertirse todos salpicados en primera fila por la sangre con la que tanto disfrutais. Supongo pues, que el señor Julio Aparicio no habrá sentido nada con la cogida en la boca que ha sufrido el pasado Mayo… en todo caso, “carcajadas”. Gracias Alexis por descubrirnos la verdad del sistema nervioso más allá de como nos mienten en la escuela. Me quedo mucho más tranquilo.

    Espero que te apliques esa teoría de dolor cuando así lo necesites. Pero si decides compartirla, por el bien de España, espero que nunca llegues a médico.

    Ramón.

  14. A 29 Julio 2010 @ 00:21 PATRICIA dijo:

    Hola:

    Soy una admiradora de usted, D. Fernando, entre otras cosas suyas admiro su devoción por los gatos. Creí entenderle que hubo un gran salvajismo en la Edad Media manifestado en contra de los mismos.

    Me gustaría entender su postura de taurófilo. Yo no me considero antitaurina ni taurófoba, el toro es un animal que me gusta, es más, de signo del zodiaco, según periódicos y revistas españolas, soy Tauro.

    En cuanto a leyes, tales como:

    La reciente prohibición de las corridas de toros en Cataluña a partir del 1 de enero de 2012.

    La Ley gallega 32/2007 para el cuidado de los animales, que legisla sobre la matanza del cerdo, como sacrificio de los animales de producción, la consecuencia es que sacrificar un cerdo sin aturdirlo previamente, es decir, con dolor, supondrá como castigo una infracción.

    Opino son leyes plausibles a mi humilde entender.

    Dejo aquí debajo frases que también merecen mi aplauso y entrada de mi blog sobre las corridas de toros.

    Un saludo.

    A los animales que hemos vuelto nuestros esclavos, no nos gusta considerarlos nuestros iguales.
    - Charles Darwin (biólogo)

    He, desde temprana edad, aborrecido el uso de la carne, y llegará el día en que los hombres verán el asesinato de animales como ahora ven el asesinato de hombres.
    - Leonardo Da Vinci (artista y científico)

    http://patypuned.blogspot.com/2010/07/el-veto-los-toros-en-cataluna-una.html

  15. A 29 Julio 2010 @ 11:21 Gorkaemail dijo:

    Según decía Jorge Oteiza, la tradición taurina es de origen preindoeuropeo, y más concretamente el estilo estático, quieto, inmóvil que caracterizó el toreo de un Manolete frente al de un Pepe Hillo es de raigambre vasca. Mas allá del etnocentrismo que subyace en estas consideraciones del nacionalista vasco que siempre fue Oteiza, es interesante destacar la verdad que éstas encierran, pues sí es cierto que la tradición taurina pertenece al sustrato ctónico reconocible en todo el Mediterráneo, como por ejemplo en la Creta minoica. Así, resulta curioso que unos supuestos nacionalistas renieguen de la tradición más atávica que todavía les quedaba, pero sobre todo lo es que lo hagan abrazando la más globalizadora y neoimperialista de las modas giliyanquis: la pseudo ecología que en forma de torpe remedo del trascendentalismo de Emerson y Thoureau no es otra cosa que la última forma de puritanismo de los descendientes de los primeros colonos que desembarcaron del Mayflower.

  16. A 29 Julio 2010 @ 13:11 Paco dijo:

    “jamás, a partir de ahora, pisarán las plantas de mis pies la noble tierra catalana” JAJAJA! Muy de la megalomanía de Dragó. Si por ea chorrada irrelevante no pisa Cataluña es para partirse de risa ¡como si el que no volviera a ir a Cataluña fuera importante! Yo no he ido nunca y no pasa nada. Dragó se “enfada y no respira” (¡ea!) El único Torquemada que hay es él, pero tiene que verlo y eso… ¡está difícil! Un abrazo a Dragó que cae muy bien. ESTA PÁGINA NO ES SUFICIENTE PARA EL TAMAÑO DE SU EGO.

  17. A 05 Agosto 2010 @ 13:17 Lluis Farré dijo:

    Al final, y para simplificar, siempre acabo pensando en lo que me decía mi padre: para no perderte entre tanta palabrería, piensa: si todo el mundo fuese como X (y aquí el nombre) el Mundo (y no necesariamente el de Pedro Jota) iría mejor o iría peor? Y luego decido, aunque soy consciente de que mi personal decisión, por si sola, no cambia nada. Los más chillones, los más tramposos, los que dominan mejor el escenario y los resortes del Poder (en mayúsculas) siempre serán dueños de los gatillos. Y de gatillos los hay de muchas clases.

    ¡Qué viva Japón!, pero a mi que me den l’Empordá, Mojácar, las Rias Baixas, Orihuela del Tremedal o Donostia.

  18. A 05 Agosto 2010 @ 13:23 Lluis Farré dijo:

    ¿Seré una minoria a proteger?

  19. A 21 Agosto 2010 @ 16:42 Cordura dijo:

    Esta vez ha tocado Savater, pero quizá en una próxima ocasión nos ocupemos de nuestro querido amigo Sánchez Lagartij:

    Toros (II): Las razones de Fernando Savater
    http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2010/8/21/toros-ii-razones-fernando-savater

    Saludos cordiales.

  20. A 14 Septiembre 2010 @ 18:55 c dijo:

    Lo siento, pero me ha decepcionado. Vengo de leer “Soseki” y no podía imaginar que alguien que demostrara ese amor por un gato fuera a la vez capaz de disfrutar viendo cómo se mata a un toro…

    De verdad que siempre me ha gustado escucharle, y reconozco su sabiduría y conocimiento, pero no sabía de su “afición” a los toros.

    C

  21. A 04 Octubre 2010 @ 10:59 confuso dijo:

    Los insultos y descalificaciones que se vienen oyendo últimamente por parte de quienes dicen defender los “derechos” de los animales no pueden cambiar la incuestionable verdad que se da en el derecho internacional: solo tiene derechos el sujeto del derecho, es decir, quien tiene la capacidad racional y jurídica para ejercer ese derecho. Otra cosa sería hablar de ética en el trato de los humanos hacia los animales.
    Ergo, para admitir el concepto “derecho de los animales” hay que tener más tragaderas que un pantano, por mucho que nos lo repitan a diario los nuevos “animalistas”, es decir, los de siempre.
    Magnífica su intervención anoche en “Cuarto Milenio”, D. Fernando. Un saludo.

  22. A 26 Octubre 2010 @ 18:07 Javi dijo:

    Real academia de la lengua española “Sadismo=disfrutar del sufrimiento ajeno”.
    Esto lo dice todo en relacion a los taurinos.
    Por cierto si alguien quiere saber mas cosas sobre este “personaje” que se informe de lo que hico con japonesas de 13 años. PEDERASTA!!!!!!

  23. A 26 Octubre 2010 @ 18:08 Javi dijo:

    Real academia de la lengua española “Sadismo=disfrutar del sufrimiento ajeno”.
    Esto lo dice todo en relacion a los taurinos.
    Por cierto si alguien quiere saber mas cosas sobre este “personaje” que se informe de lo que hico con japonesas de 13 años.

  24. A 07 Junio 2012 @ 20:57 phone number lookup dijo:

    F*ckin tremendous things here I am very satisfied
    to see your post Thank you so much and i’m
    taking a look forward to contact you Will you please drop me a mail

  25. A 13 Junio 2012 @ 04:10 phone number lookup free dijo:

    Sometimes, blogging is really a bit tiresome specially if you might want to update more topics.
    ,

  26. A 28 Junio 2012 @ 07:46 cell phone lookup dijo:

    It’s unique to see a proficient to someone to could find out quite a few hope. Across that the world in recent times, brimming with absolutely loves appearing a lot of more what you’ll need in this particular factor. That the right tactic fortuitous Im just of having then learned this type wonderful page merely as this. It happens to be individuals such as you that leave an actual discrepancy actively past the plans the organizations show.