EL LOBO FEROZ: Tinto con sifón

Pasado mañana asistiremos al estreno mundial de un esperpento que dejará chiquito a los de Valle-Inclán. Los periodistas hacen cábalas sobre el pasaje de la Biblia que leerá fray Zapatero en su intervención. Puede que ni él mismo lo sepa aún. No sería de extrañar. Los obispos y Juan Manuel de Prada podrían aconsejarle con mucha más autoridad que los asesores monclovitas, pero ni el uno ni los otros son santos de su tardía devoción. Yo voy a ayudarle. “Más alegría habrá en el Cielo, dice Lucas (15, 3-7), por un solo pecador arrepentido que por noventa justos llegados a él”. ¿No debería ser ése el versículo escogido por el misacantano para orar junto al hombre que tanto se le parece? Los dos venden aire envuelto en la tela de la ropa del rey que va desnudo. Pero dejemos tan odiosas comparaciones y volvamos a lo del auto sacramental que se escenificará el jueves. ¿Será en él lo más descacharrante presenciar cómo se arrodilla ante el dios de los cristianos el hombre que ha convertido en ley la barra libre del aborto, cómo finge devoción ante el altar con los ojos bajos y la circunceja arriada el ateo que no lo es, porque se cree el Mesías y pide fe en nuestra economía, y cómo se aporrea el pecho con el mismo puño que levanta para berrear la Internacional en Rodiezmo el tribuno de la plebe que quitaría, si pudiera, el crucifijo de todas partes y lo sustituiría por la media luna de la Alianza de Civilizaciones? No, no… Mucho más gracioso va a ser el gag de la lengua en la que rece. Seguro que maldice la hora en la que el Papa favorito de los suyos renunció al latín, porque pronunciar ese idioma resulta fácil incluso para los del Informe Pisa, pero la lengua de Shakespeare… ¡Ay, amigo! Eso es otra cosa. Ya no queda tiempo para que Bush le imparta en su rancho unas lecciones elementales de inglés con acento tejano. Sólo tiene una salida: la de calzarse un pinganillo y repetir, kirieleisón por kirieleisón y amén por amén, lo que el embajador de España le vaya dictando desde su oficina. Bien, lo que se dice bien, no le saldrá, pero algo es algo. Cuando yo me casé por la iglesia en la cárcel de Carabanchel un funcionario de prisiones más bien guasón zanjó el estupor que esa conducta, impropia de un comunista como yo entonces lo era, generaba con un comentario sardónico. “Vino tinto con sifón”, dijo. Y acertaba. Pues lo mismo le digo yo ahora, Presidente. Un mal trago, además, entra mejor cuando se toma con seltz. Lo dijo el Pichi.

Publicado en: ...el 13 Abril 2010 @ 02:43 Comentarios (3)

3 comentarios

  1. A 14 Abril 2010 @ 17:49 Chudito dijo:

    La verdad nos hará libres, don Fernando. En cambio, los intereses crematísticos nos corromperán, tanto a los de su ideología política como a los de la mía.

  2. A 15 Abril 2010 @ 09:03 Trigolimpio dijo:

    BUEN DRAGÓ:
    No sé esta vez de qué va el tema, pero siempre es un enriquecimiento literario y lingüístico leer sus comentarios -irónicos o no-, sus intervenciones quirúrgicas, sus banderilleos, sus estocadas, sus vueltas de capote, sus ensayos a veces tan poéticos: Léase el dedicado a José Tomás “El quinto evangelista”, escrito en Septiembre del 2007.
    Me estoy tomando la molestia de copiar todos sus archivos blog(u)ianos, desde que Usted empezó, en aquel Diciembre del ‘05, hasta los más actuales.
    Me encanta cómo escribe, diga Usted lo que diga.
    El CÓMO lo dice es ya una gozada literaria.

    GRACIAS . . . y a seguir deleitándonos, por lo menos A LOS AMANTES DE LA PALABRA BIEN ESCRITA !!!

    Desde Berlinfrío
    Trigolimpio

  3. A 16 Abril 2010 @ 16:43 Chudito dijo:

    [...] Y si es una mosquita, ¿qué hago, don Fernando?