Editorial de Diario de la Noche del 11/03/08
Buenas noches. Ayer hablé de política y dije cuanto tenía que decir acerca del resultado de las elecciones. No lo hice por gusto ―no me gusta hablar de política―, lo hice por creer que estaba obligado a ello como director de este informativo que, además, es opinativo. No tengo nada que añadir ni nada que corregir respecto a lo que ayer dije. No volveré a hablar de política desde esta tribuna. Mañana hablaré de la rosa. Lo había prometido. El jueves hablaré de la seta. También lo había prometido. Y a partir de ese momento ya no volveré a estar aquí. Debo añadir, sin embargo, que me sorprenden algunas de las reacciones suscitadas por mi comentario de ayer. Me gustaría recordar a todo el mundo que éste es un diario de autor ―para eso me trajeron y a eso me he atenido siempre― y ese autor soy yo: Dragó.
He procurado ser neutral y aséptico siempre en lo relativo a la información, y no lo he sido nunca en lo relativo a la opinión. Mucha gente, del más variopinto pelaje ideológico y personal, ha expresado aquí, a lo largo de los últimos quince meses, sus opiniones con absoluta libertad. También lo he hecho yo cada vez que, nítidamente, hablaba en primera persona. No represento a nadie, nunca he representado a nadie, nunca representaré a nadie ni aquí ni en ningún sitio del ayer, del hoy o del mañana. Mis opiniones son sólo mías y van firmadas por mí. Insisto: no se me atribuya representación de nada ni de nadie. Sobra, supongo, añadir que jamás en mi vida nada ni nadie me ha impartido, sugerido o meramente deslizado instrucciones de ningún tipo, ni aquí ni en ningún otro lugar, seguramente porque quienes hubieran podido hacerlo respetaban la independencia que debe ser bandera de todo buen periodista y, además, conociéndome, sabían que yo, cuando de niño iba al confesionario, sólo me acusaba de un pecado: el de ser desobediente. Yo no tengo mas ley que mi conciencia y sólo mi conciencia manda en mí. El hecho de que Telemadrid sea una televisión pública no convierte en públicas mis opiniones, que siempre son privadas. Telediario de autor. En la puerta de mi casa de Castilfrío hay un verso de Miguel Hernández que dice: Yo sólo soy yo cuando estoy solo. Mis animales totémicos son el lobo, el oso, el lagarto, el escarabajo y el gato. Por cierto: el jueves traeré a Soseki, respondiendo así a los deseos de los espectadores. Todos los animales citados, con los que me identifico, son huraños, esquivos e independientes. No es verdad, como dijo Lorca, que se hayan acabado los gitanos que iban por el monte solos. Yo lo hago. Soy uno de esos gitanos, hijo y nieto de Camborios. Quede, por favor, meridianamente claro cuanto acabo de decir. Fin del editorial. Fin de mi opinión. Fin de teledragó. Y ahora, Telemadrid, la información, cuanto más objetiva y menos opinativa, mejor. Reunión del comité ejecutivo del Partido Popular. A su término ha hablado Rajoy y ha dicho lo que ahora vamos a oír y a ver. La expectación era enorme. El presidente del Partido Popular no ha defraudado. Su decisión abre las puertas a un interesante, apasionante, tórrido escenario político. El tiempo dirá en qué queda todo esto.