Dragolandia: Desengaños

No se engañen. No van a venderse ni a leerse más libros por mucho que los libreros instalen en las librerías tableros de ajedrez, butacas de orejas, wifi de gorra, teatrillos de cámara, proyecciones de cortos, barras atendidas por camareras de buen ver, espacios de tertulia, obrador de dulces caseros, retransmisión de partidos de fútbol, salitas de exposiciones, almonedas de vintage, tarimas para que un premio Nobel perore o básculas para calcular el precio de la mercancía impresa.

Esos libreros son como los directores de periódico convencidos de que sus cabeceras saldrán de apuros si regalan deuvedés, manuales de yoga, condones con sabor a fresa, prontuarios de consejos para adelgazar, papeletas para la rifa de un apartamento en Aluche o bonos para subirse a la noria del parque de atracciones. Ignoran los unos y los otros que la lectura es atención, no distracción, y caen en la trampa de pensar que el medio es el menaje y no el mensaje.

No se engañen. Lo que se ve en Gandia Shore no es la imagen de Gandía ni, menos aún, la de Gandhi, por más que éste, como los protagonistas de ese documental nauseabundo, también fuera en taparrabos. Lo que se ve ahí es la imagen que la España corrompida por la lepra del turismo y la moral del “todo vale si arroja dividendos” proyecta en el resto del mundo. Ya lo dijo Fraga: somos diferentes. ¡Y tanto! El país es un inmenso botellón en el que la turba –ya sea foránea, ya vernácula– hace lo que le sale del culo, porque cabeza no tiene.

No se engañen ni se dejen engañar. No vamos a salir de esta crisis en 2013, ni en 2017, ni nunca. La situación es irreversible. El naufragio es definitivo.

No se engañen. Entrar en Europa e incorporarse al euro fue algo similar a lo que en la Biblia dicen que hizo el idiota de Saúl. Pongan “soberanía” donde el texto citado puso “primogenitura”. No hay plato de lentejas que no se acabe.

No se engañen. El grueso de la culpa del maremoto que nos ahoga no es de los banqueros (eso pensaban los nazis y llegó Auschwitz). La banca es sólo un cauce, un pararrayos, un catalizador, una anécdota. El verdadero, aunque no único culpable de lo que sucede, es la socialdemocracia. Quizá sea Keynes, que nunca derramó una gota de sangre, pero sí muchas de tinta envenenada, el mayor genocida de la historia.

No se engañen. Los chinos, que no son socialdemócratas, aunque sí mafiosos, están a la vuelta de la esquina. Seguro que hay uno en la de la calle donde ustedes viven. Salgan y lo comprobarán.


Publicado en: ...el 22 Octubre 2012 @ 02:52 Comentarios (5)

5 comentarios

  1. A 22 Octubre 2012 @ 04:55 chimpun dijo:

    Identificado el problema. ¿Y la solución?

  2. A 22 Octubre 2012 @ 04:57 chimpun dijo:

    Y, anda, que no te lo has pensado…20 meses.

  3. A 22 Octubre 2012 @ 09:32 ER MANUE dijo:

    QUE CANTIDAD DE TONTERIAS DICE ESTE HOMBRE.

  4. A 22 Octubre 2012 @ 11:38 ER MANUE dijo:

    CUANDO EL NEOLIBERAL SANCHEZ DRAGO SE PONE A CLAMAR CONTRA EL CAPITALISMO Y EL BECERRO DE ORO… QUE CACAO TIENE ESTE HOMBRE EN LA CABEZA.

  5. A 24 Octubre 2012 @ 02:08 Marès dijo:

    Pues yo sí creo que hay que revitalizar las librerías.Ciertamente hay juventud como la de ese programa tan cutre pero también los hay que leen y se esfuerzan para entender la buena literatura. Por cierto, que aparece en un momento de su narración, sobre el wifi he visto últimamente una campaña a favor que se investigue los efectos de sus radiaciones, es ésta: http://www.change.org/es/peticiones/iniciativa-ciudadana-wifi-cancer-internet-s%C3%AD-wifi-no.
    Si lo menciono es porque intuyo que ud. sr. Sánchez Dragó puede estar interesado en ése tipo de crítica, hay una interesantísima entrevista sobre el tema – hecha a un abogado ambientalista- publicada en un periódico cuyo nombre no quiero acordarme porque no se hasta que punto sería lícito poner un enlace aquí. Pero si le interesa leerla, el abogado se llama Agustín Bocos, por poco que lo busque lo encontrará. Muchas gracias y enhorabuena por el blog sr. Dragó.