Mariló, Arcadi y el alma

Más ropa, que hay poca: el crimen del Salobral, el trasplante de órganos, una locutora de televisión, una actriz francesa, un columnista de El Mundo, una flecha hacia abajo en la edición impresa de ese mismo periódico, la magia, la fe, la incredulidad, la inmortalidad, la superstición, la biología, la ciencia y la existencia del alma.

Todo mezclado y yo, en Tokio, con estos pelos. ¿Ay de mi Alhama? No. ¡Ay de mi España! ¡Qué juego da la puñetera! Todo lo convierte en trending topic, sopa de menudillos y noche de Halloween. El gallinero de tuiter sería, sin ella, un convento de cartujos.

No voy a repasar lo sucedido. Doy por hecho que el lector lo sabe, aunque los lectores, con tanta información, cada vez estén menos informados.

Fue Mariló, ignara de lo que se le venía encima, quien encendió la mecha: “no está científicamente demostrado –dijo– que el alma no se transmita en un trasplante de órganos”.

Y zas… Se armó. Medio mundo (y parte de éste en el que escribo) poniéndola cual no digan dueñas de la telebasura. Yo mismo, incluso, iba a entrar hoy, motu proprio, al trapo, dándome por aludido, pues algo había escrito al respecto en uno de mis libros hace ya una pila de años, cuando me meto en Orbyt, como todas las mañanas, que aquí comienzan siete horas antes de que lo hagan ahí, y veo que el bueno de Arcadi se me adelanta, moja su pluma en ese tintero y descarga un sonoro sopapo en las mejillas de la pobre Mariló. ¿Por qué no, ya puesto, una palmada cariñosa en sus posaderas?

Yo, que a fuer de anciano soy hombre galante, voy a defenderla.

La acusa Arcadi de ser “frívola y doblemente inhumana”. Pues acúseme a mí también, porque no discierno a qué viene ni a do va semejante casus belli.

¿Cómo diablos no va a estar científicamente demostrado que el alma no se transmite al trasplantar una víscera si es la propia existencia del alma lo que está por demostrar? Sólo cuando esa hipótesis (hoy lo es) se confirme, cosa poco probable, al menos a la corta y en tanto no traspasen biólogos y teólogos la línea escatológica del no retorno, cabrá la discusión acerca de si hay o no pedacitos de alma repartidos por las distintas partes del cuerpo. De momento, mi querido Arcadi, Mariló tiene razón: nadie ha demostrado lo que tan gentil locutora asegura no haberse demostrado por la misma regla de tres o de tres mil por la que, no habiéndose demostrado hasta la fecha que Dios existe, tampoco cabe discutir acerca de si es uno o trino, moro, judío o cristiano, y si es la barba el más visible de sus atributos.

¡Metafísicos estáis los dos! Yo prefiero volar más bajo y acogerme al triple asilo de Aristóteles, Descartes y Diderot. Al primero, porque codificó la lógica, y sin ella no llegamos ni a la vuelta de la esquina. Al segundo, porque dudó de todo, incluso de lo que no admite duda (ésa es, en definitiva, al menos desde tu óptica, Arcadi, la postura de Mariló). Y al tercero, porque su última frase, cuentan, aunque será una fábula, dicha mientras se llevaba una cuchara a la boca, fue:

–El escepticismo es el único camino hacia la sabiduría.

Y plaf: la espichó.

Algo similar dijo aquel torero cordobés que una décima de segundo antes de palmar, mientras lo llevaban hacia la enfermería por el callejón con una cornada de a puño, preguntó:

–¿Ha sío argo?

En fin, Arcadi (y Mariló)… Que sólo la muerte nos sacará de dudas, aunque lo mismo, cuando lo haga, ni nos enteramos.

Volveré sobre el asunto, pues lo merece y no lo he dicho todo, pero será en la próxima entrega. Por hoy ya está bien. ¡Para lo que me pagan!

Publicado en “Dragolandia”, elmundo.es, 25 octubre 2012.


Publicado en: ...el 26 Octubre 2012 @ 01:33 Comentarios (2)

2 comentarios

  1. A 26 Octubre 2012 @ 08:32 ER MANUE dijo:

    ARCADI ESPADA ES MAS CORTO LA PICHA DE UN MOSQUITO. Y OTRO MALFOLLADO ACOMPLEJADO.

  2. A 26 Octubre 2012 @ 11:10 Adrián dijo:

    Hola Fernando, ¿me podrías dar tu dirección de correo electrónico?
    Muchas gracias y un saludo.