‘In hoc signo vinces’

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El miércoles sabremos si vuelve a cumplirse el axioma de que los pueblos, al votar, casi siempre eligen lo peor. Sospecho, aunque las encuestas digan que es imposible saber dónde caerá la pelota, que Broncobama (feliz apodo puesto por una niña desconsolada) seguirá siendo pontifex maximus de la Roma ultramarina. Raros son allí los presidentes que no duplican su mandato. La cinética del corpus electoral tiende siempre hacia la inercia. Pésima noticia sería, y seguramente será, la de que ha ganado las elecciones ese Zapatero de vía ancha y baja velocidad que atiza guerras, bombardea países, hunde la economía, estimula el paro, defiende el aborto, finge que lucha contra el cambio climático, promete lo que no puede cumplir, incumple lo que ha prometido, detesta a los blancos, pasa la mano por el lomo de los pobres, esquilma a los ricos, sonríe como las hienas y no sabe hablar –read his lips quien lo dude– sin soltar mentiras. No es que el otro candidato sea como para celebrar su improbable triunfo bailando sanjuaneras sorianas y descorchando botellas de champán, pero mejor era Rajoy que Rubalcaba, ¿no? Dos legislaturas son muchas. España capeó la primera tormenta tropical del inspector de nubarrones, pero al hilo de la segunda fue declarada zona catastrófica. Estados Unidos ha soportado con apuros la presencia de un socialista en la Casa Blanca durante cuatro sofocantes años, pero otros cuatro serían más de lo que ese país puede encajar sin dejar de ser el que aún, por los pelos, es. La llegada de un mulato a la Casa Blanca, lejos de cerrar, como se supuso, la herida racial de la nación, la ha infectado. Lo dicen las encuestas: al demócrata lo votarán las minorías étnicas, cada vez menos minoritarias, y al republicano la mayoría wasp, que está a punto de dejar de serlo. Casa con muchos colores de piel difícil es de guardar, guste o no en Europa tal evidencia. Obama es la perfecta encarnación de lo que Ayn Rand llamó “saqueadores” en La rebelión de Atlas, aludiendo a quienes en los años treinta estuvieron a punto de convertir Estados Unidos en una República Popular y hundieron en la miseria a muchos de sus habitantes. El signo del dólar, una S de States cruzada por dos líneas verticales que son las de la U de United, representa el espíritu del único país de la historia del mundo cuya fundación revistió carácter moral. Yo votaría por ese signo que Obama quiere destruir.

Publicado en “El lobo feroz”, El Mundo, 5 noviembre 2012.


Publicado en: ...el 06 Noviembre 2012 @ 01:44 Comentarios (2)

2 comentarios

  1. A 06 Noviembre 2012 @ 05:18 ER MANUE dijo:

    LA LUMBRERA, QUE ES CASI NEGRO, MUY CETRINO, BAJITO Y CON FACCIONES DE MORO DEBIERA ESTAR CONTENTO CON OBAMA. AHORA RESULTA QUEN ESTE NEGROIDE DE LA LUMBRERA ES SUPREMACISTA BLANCO.

  2. A 06 Noviembre 2012 @ 11:30 ER MANUE dijo:

    DICE LA LUMBRERA QUE EL ISLAM ES UNA RELIGION OCCIDENTAL. ES MAS BIEN AL CONTRARIO: EL CRISTIANIMO ES UNA RELIGION ORIENTAL. LA LUMBRERA NO PARA DE PARLOTEARLE AL POBRE PRIOR, Y ESTE, LE MIRA CON UNA CARA LLENA DE RESIGNACION CRISTIANA.

    LA LUMBRERA NO TIENE NI IDEA DE POLITICA FISCAL EN USA. NO SABE, O FINGE NO SABER, QUE LOS REPUBLICANOS SIEMPRE SUBEN LOS IMPUESTOS. LA LUMBRERA PASA DE SUS DIATRIBAS CONTRA EL BECERRO DE ORO A LA ADORACION AL SIGNO DEL DOLAR. LA LUMBRERA TIENE UN CACAO MARAVILLAO IMPORTANTE.