‘Ecce Homo’

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¡País de hipócritas siempre dispuestos a ver la paja en el ojo ajeno, fingir escándalo y bailar al son de la partitura de los tópicos! Si por ellos fuera tendría que subir al calvario el edil de Orense que con cinco mil euros las pasa canutas. Yo también las pasaría. Pinte su rostro doña Cecilia y crucifíquelo la turba. Echemos cuentas… La mitad de esa cifra se la lleva el fisco. Ya estamos en dos mil quinientos. Es posible que el reo tenga mujer e hijos a cuyas necesidades subvenir y una hipoteca a la que hacer frente so pena de que el banco lo condene a carecer de techo. Por bajo que tal gravamen resulte se llevará un buen pellizco de lo poco que le resta. Si carece de piso propio, tendrá que abonar un alquiler. Si su cónyuge trabaja, no le quedará más remedio que contratar a una asistenta. Si estuviese divorciado… Pero basta de condicionales. ¿Por dónde andaremos ya? Seamos optimistas: aún dispone el penitente de un poco de calderilla para pagar la electricidad, el teléfono, la calefacción, el agua, la recogida de basuras y otros servicios municipales, el cine de los niños, las tartas de los cumpleaños, la gasolina del coche, los desperfectos del menaje, el ajuar de la higiene, el copago de las medicinas, los imprevistos, el IVA, el IBI, la ITT y demás exacciones disfrazadas de siglas, algún modesto desahogo los fines de semana y las multas de tráfico. Quizá haya suscrito un fondo de pensiones. ¿Me olvido de algo? Sí, de mucho. ¿Cuánto le queda, después de todo eso, al concejal emplumado, embreado, sambenitado y linchado por el coro de los cínicos que tienen el riñón cubierto y de los envidiosillos que las pasan todavía más canutas? Los últimos abundan, verdad es, y todos lo lamentamos, pero la existencia de enfermos terminales no amengua el sufrimiento ni el derecho a expresarlo de quienes padecen dolencias de menor cuantía. Incluso en la estrechez hay grados, como los hay en la desdicha y en la alegría. El señor Collarte las pasa un poco canutas, sólo un poco, mientras los mileuristas, los inmigrantes, los parados y tantos otros las pasan de a kilo, pero canutos, en definitiva, son todos. ¿Lo soy yo? Aún no. ¿Por qué? Porque gano más de cinco mil euros. ¿Debo avergonzarme? ¿Pido perdón? No se inquiete, don Guillermo. Vandalia es así. Deje la concejalía, vuelva a la empresa privada, gane el doble y verá cómo los fariseos se olvidan de usted y adentellan los tobillos de otra víctima. Su moral es tan flaca como su memoria.

Publicado en “El lobo feroz”, El Mundo, 3 septiembre 2012.


Publicado en: ...el 08 Noviembre 2012 @ 13:27 Comentarios (1)

One Comment

  1. A 08 Noviembre 2012 @ 19:28 ER MANUE dijo:

    LA LUMBRERA GANA UN MONTÓN DE PASTA DEL ERARIO PÚBLICO POR PROGRAMAS QUE NO VE NADIE. Y ASÍ LLEVA TODA LA VIDA. QUE SE PASE ÉL A LA EMPRESA PRIVADA.