El blog de Fernando Sánchez Dragó

Creo que ha sido Llamas Haré o alguien así quien ha dicho que la propiedad privada es un derecho discutible y aceptable sólo cuando tiene utilidad social. Curioso oxímoron el de esa frase, pues lo privado, por definición, nunca puede ser social ni ser lo social privado. Asoman en esa paradoja la oreja de Robespierre y la patita de Lenin. La Revolución Francesa, matriz de todos los males y útero en el que se gestó la dictadura del proletariado, recurrió a la guillotina para que la sociedad se impusiera a las personas. Aquellos polvos sin culotes trajeron los lodos bolcheviques. Estremece ver ahora a los del Sindicato del Crimen, pues crimen es asaltar tiendas y ocupar haciendas, salir de la de Las Turquillas con el puño en alto. No sé si en Cuba o en Venezuela aún lo levantan, pero en China, en Corea del Norte, en Vietnam y en Laos, desde luego, no. Son más astutos. Saben que ese gesto tiene en el orbe civilizado muy mala prensa y no ayuda a negociar, ni a exportar, ni a conseguir créditos o rescates cuando la economía achucha. Flaco favor hacen los del SAT (¿Sindicato Andaluz de Tramposos?) a sus propios bolsillos, incluyendo los de Llamas Harás, que atesora, según el ABC, trescientos mil euros de nada depositados en un banco ladrón, y los de Sánchez Pillo, que en un día no muy lejano tuvo que cantar la palinodia en el parlamento regional debido a los dos sueldos públicos que cobraba acogiéndose, supongo, a la doctrina de la utilidad social. Lo digo porque en la historia del mundo, y también en la nuestra, cada vez que los justicieros de guardia se echan al monte y a las calles para abolir la propiedad privada el resultado es el mismo: tiranía y pobreza. Pasó en Münster, con los anabaptistas, y en Rusia, con los comunistas, y en China, con los maoístas, y en Cuba, con los castristas, y… La foto de marras me pilla en Irún. Acabo de leer en la prensa local una declaración de cierto líder sindicalista cuyo nombre voy a omitir para no mezclar las churras con las merinas ni los churros del alcalde de Marinaleda con las porras de sus secuaces. Confiesa el entrevistado que en su infancia leía con avidez la sección Galería del hampa, ilustrada con fotos de descuideros (sic), en no sé qué revista de la Dirección General de Policía. Descuideros son también los héroes de Mercadona, Carrefour y Las Turquillas. Los puños cerrados sólo sirven, que yo sepa, para descargar puñetazos. Mejor que se vayan a hacer puñetas.

Publicado en “El lobo feroz”, El Mundo, 13 agosto 2012.