Desmentido
Me quedo estupefacto al enterarme por terceras personas de que según elperiodico.com formo parte de la junta de fundadores (por así decir) de un nuevo partido, situado a la derecha del PP, que se llama Reconversión y que se presentará a la opinión pública y resto del mundo el día 4 de abril en no sé qué hotel madrileño.
Pasmoso. Es la primera vez que oigo hablar de ese partido, que encabeza, según la fuente citada, Alejo Vidal-Quadras, flanqueado por Ortega Lara y Mikel Bluesa. A éste no lo conozco. Al segundo lo entrevisté en Diario de la Noche, pero nunca más he vuelto a verlo ni a hablar con él. Con Alejo, persona muy inteligente a la que me une cierta amistad, coincido de vez en cuando, aunque muy de tarde en tarde, en algún que otro programa de radio o de televisión.
Cierto es, y quizá proceda de ahí el bulo, que hace algunos meses firmé un manifiesto regeneracionista, imitando a Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu y Antonio Machado en el 98, que había sometido a mi atención, por si quería unirme a él, mi buen amigo José Luis González-Quirós. Eso es todo. Hablo de un manifiesto, no de un partido.
Llueve sobre mojado… Allá por el mes de agosto, si no recuerdo mal, otro bulo periodístico me vinculó a la formación de Mario Conde que poco después se pegaría un batacazo de aúpa en las elecciones de la Comunidad Autónoma de Galicia. Al ex banquero, como a Ortega Lara, lo entrevisté en Las Noches Blancas hace cosa de dos o tres años y nunca he vuelto a tener contacto alguno con él. Todo nos separa; nada, que yo sepa, nos une. Quede claro.
Y quédelo también mi absoluta indiferencia vital hacia el ejercicio de la política. No acierto a imaginar nada más ajeno a mis intereses y a mi filosofía. Jamás metería los zapatos en semejante charca. ¡Menudo aburrimiento! ¡Pero si ni siquiera leo las noticias concernientes a ella, aunque a veces, de refilón, lleguen a mis distraídas orejas por diferentes conductos!
Carezco de ideología. No pertenezco a partidos, ni a iglesias, ni a rebaños. Estoy frente a la izquierda, frente a la derecha, frente al centro y frente a casi todo lo que Europa representa. No soy monárquico ni republicano. No soy zoon politikon, mal que le pese a Aristóteles. No soy solidario, sino solitario. La sociedad me la sopla; el individuo, ese ser de lejanías, no. Soy pagano, gnóstico (no agnóstico), liberal y libertino. Descreo de la política, en general, y de los políticos, en particular. Creo que sin éstos y sin aquélla el mundo iría mejor.
Por favor: no me adhieran etiquetas. Casan mal con mi piel. Mi pH no las admite. Me dan urticaria. Se desprenden en el acto.
Ya, ya… Les veo venir. A veces, en tertulias audiovisuales y en mis columnas, o aquí mismo, emito opiniones sobre lo que sucede en el ámbito de la política, pues así me lo exigen las convenciones vigentes en el mundo del periodismo, y periodista, entre otras cosas, soy y así me gano, en parte, la vida, pero no busquen nada análogo en mis libros. No lo encontrarán. En ellos escribo sobre lo que de verdad me interesa, y la política, desde luego, no figura en ese territorio estrictamente privado. Yo sólo soy el que está en mis libros. El resto es anécdota, nunca categoría.
En todo caso, si las próximas elecciones me pillan por aquí y ese día no tengo cosas más importantes, interesantes y divertidas que hacer, lo que no es probable, igual me acerco a las urnas. ¿Por quién, de ser así, votaría?
¡Adivina, adivinanza! Voy a darles una pista… Mi sufragio iría a parar a una persona cuyo nombre figura en el título de la novela más célebre de Umberto Eco.
Se lo pongo fácil, ¿verdad?
¡Bingo! Han acertado. Les condecoro, a guisa de premio, con la medalla de hojalata del filósofo Diógenes. Lo único que yo espero de los políticos es lo que ese hombre pidió a Alejandro: que no me quiten el sol.
Sé que me lo quitarán. Es su oficio. No saben hacer otra cosa.
Publicado en Dragolandia, elmundo.es, 25 marzo 2013
Drago, cuando simplemente eras un conservador, resultabas, dentro de tus contradicciones, bastante coherente. El problema es cuando te dio por esa cosa gringa de plasticazo llamada neoliberalismo (que tu no paras de confundir con el liberalismo)
Te pongo un ejemplo: como conservador, te pega todo vivir en una aldea medieval como Castilfrio. Te pega todo eso que dijiste: “ņo me gusta que muevan un adoquin de la calle”. Y cuanta razon. Lo que no se entiende es que secundes una ideologia que arramblaria por completo con Castilfrio de la Sierra para construir una urbanizacion de chales agobiados. O arramblaria con lo mesones de Soria para montar McDonalds. Parece mentira que no te des cuenta.
Desde luego, mejor que no andes metido en esa aventura con personajes bastante siniestros. Vidal Quadras no es tan siniestro como gris tardofranquista. Y Ortega Lara, siniestro total.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/21/cultura/1363887004.html
El problema es que cuando España es importante, es también peligrosa. Y es que cuando España no sigue el camino marcado por poderes digamos “extranjeros” siempre hay un gran suceso estilo Carrero Blanco, Golpe de Estado 23F, 11-M, El diario El País y los Papeles de Bárcenas, etc. Lo que comenta, señor Dragó, sobre la supuesta vinculación a ese manifiesto regeracionista suena como el típico matonismo de la izquierda con olor a naftalina. Ande con cuidado, señor Dragó, que estos izquierdistas que hoy le señalan mañana lo amenazaran, ya que del matonismo al terrorismo hay un paso, y en esto la izquierda infantil es muy recurrente.
Un saludo.