El Lobo Feroz, hace unos días, arreó un buen zarpazo al único Papa bobalicón que hasta ahora ha habido en la historia, pérfida a menudo, pero siempre inteligente, de la Iglesia católica. Reproduzco, por lo que enseguida se verá, esa columna, que apareció en El Mundo de papel…
ADVERSUS HAERESEM
Chaparrones, apagones, empujones, embotellamientos… Ya ha vuelto el Papa al lugar del que ojalá no hubiera salido. Para soltar tonterías mejor quedarse en casa, ¿no? Descansen los brasileños del aluvión demográfico, vuelvan las garotas en bikini a Copacabana y tranquilícese el pontífice en Castelgandofo. ¡Claro que, a juzgar por lo visto y oído, igual se niega a veranear donde sus antecesores lo hacían y elige una favela de ilegales en el extrarradio de Roma! Pronto, al paso que va, canonizará a Zapatero, Verstrynge, la Colau, Sánchez Gordillo, Cañamero, Willy Toledo y José Luis Sampedro. Lo del Che aún no se sabe, pero llegará. “La fe es revolucionaria”, ha dicho a los pies del Corcovado ese émulo de san Vladimiro Lenin. ¡Y yo que siempre había creído que sólo la razón lo es! ¿En qué estarían pensando los purpurados cuando decidieron instalar en el solio de Pedro, que nunca fue Papa, porque aún no había Iglesia, a un teólogo de la liberación? Otra frase gloriosa: “Pon fe en tu vida y ésta tendrá un sabor nuevo”. Sí, como la cocina de El Bulli. A este Sumo Pontífice, cualquier día, le prenden en la bocamanga tres estrellas michelín. ¿Hablábamos de gastronomía? Pues llega el plato fuerte: “los pobres, ha dicho, son la carne de Cristo”. ¿De veras, Santidad? ¿No habíamos quedado en que la Iglesia que usted preside es ecuménica, o sea, universal, abierta a todos, sin excepción, y no mide a la gente por lo que tiene, sino por lo que es? Seguir leyendo…